El concejal de urbanismo del Ayuntamiento de Valencia, Alfonso Novo, da definitivamente por descartada la negociación con los dueños de la antigua fábrica Ceramo para permutar la edificabilidad terciaria privada asignada al inmueble a otro punto de la ciudad, lo que permitiría recuperar la fábrica para uso público. Así lo ha hecho el Ayuntamiento de Valencia para adquirir el antiguo polideportivo de Marcol o más recientemente la parcela de Jesuitas.

En una respuesta al PSPV entregada en el pleno del pasado viernes, el concejal de Urbanismo explica que el Servicio de Planeamiento estudió la posibilidad de la permuta pero "planteaba dificultades derivadas de la ubicación de la edificabilidad encima de un elemento patrimonial". Como se ha publicado, el ayuntamiento sólo ha protegido la fachada y los hornos de la fábrica como Bien de Relevancia Local.

El concejal también admite en relación a la expropiación de la fábrica, un expediente que la propiedad de la fábrica inició hace unos meses, que "está pendiente de una resolución en el Jurado Provincial de Expropiaciones" y añade que "no hay previsión presupuestaria" para pagar la expropiación -los propietarios reclaman 3 millones y el ayuntamiento tasa la fábrica en 1,7-. Tampoco existe previsión de uso una vez expropiada.

Al Ayuntamiento de Valencia le está suponiendo un grave quebranto económico la expropiación de edificios protegidos destinados a uso dotacional no sólo por el elevado precio que está pagando por ellos sino también porque una vez en manos del ayuntamiento no se puede asignar uso porque no hay presupuesto para restaurarlos. El Casino del Americano es un ejemplo palmario.

El concejal socialista Vicente Sarriá aseguró ayer que el gobierno local "es incapaz de sacar adelante ninguno de los temas atascados que tiene en la ciudad".