La Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Valencia ha retirado media docena de estatuas del Jardín de Viveros que habían sido salvajemente mutiladas, entre ellas las "Cuatro Estaciones" de Ponzanelli, de gran valor patrimonial; y el Pato Donald, de gran significado social y emocional. Ahora las piezas están en un almacén municipal a la espera de que haya presupuesto para repararlas. Y cuando eso ocurra, se negociará con la Concejalía de Jardines para buscarles un emplazamiento más seguro.

Las más valiosas de las estatuas atacadas son las "Cuatro Estaciones" de Giacomo Antonio Ponzanelli: Diana, Venus, Plutón y Apolo, que estaban situadas en el centro del parque rodeando una gran pajarera. Tres de estas estatuas estaban decapitadas y a una le faltaba un brazo.

Le sigue en importancia la "Mujer en reposo" de José Esteve Edo, una pieza que también estaba a la mano de los viandantes y que también fue decapitada.

Completa el cuadro la estatua del Pato Donald, colocada sobre el monumento dedicado a su creador Walt Disney en el paseo de entrada al jardín de Viveros desde la avenida Blasco Ibáñez.

Las seis piezas han sido trasladadas al depósito municipal de Vara de Quart, donde se guardan las piezas arqueológicas de la ciudad, a la espera de que el Ayuntamiento disponga de presupuesto para su reparación, cosa que no ocurre en este momento. "Ya el traslado desde viveros ha resultado muy caro -dijeron fuentes municipales-, pues se trata de piezas muy valiosas y en muy mal estado cuyo transportes resulta extremadamente complejo".

La primera de la lista para ser reparada es la "Mujer en reposo" de José Esteve Edo, por ser más fácil de recomponer y probablemente también por una cuestión sentimental, pues este escultor valenciano es hijo predilecto de la ciudad.

Nuevos emplazamientos

Otra decisión aún por tomar, además del momento de su reparación, es el lugar que ocuparán después. Según las fuentes, la Concejalía de Cultura se pondrá en contacto con la de Jardines para buscarles un espacio más seguro, más alejado de la circulación de personas y por tanto menos accesible en términos de vandalismo.

Todo parece indicar, además, que al menos las "Cuatro Estaciones" de Ponzanelli no volverán a la calle. La idea es colocarlas también en un jardín, pero de interior, en un museo o un edificio público que tenga las características adecuadas.

Estas cuatro estatuas de mármol fueron creadas por el maestro genovés en los albores del siglo XVIII por encargo del canónigo valenciano Antonio Pontons García, que las tuvo expuestas en su huerto de Patraix antes de salir, más de un siglo después, al espacio público.

También por encargo de Pontons, Ponzanelli creó el "Tritón" de La Glorieta, una de las esculturas más valiosas de las doscientas que salpican la ciudad y una de las más gravemente mutiladas en el pasado. Su costosa y minuciosa reparación la devolvió intacta a su lugar de origen, lo mismo que su vecino Neptuno, del mismo autor, que ha sido atacado y reparado en varias ocasiones.