La polémica sobre la falla que representaba dioses hindúes podía haber acabado en tragedia. Un hombre de nacionalidad pakistaní y unos 45 años intentó quemarse a lo bonzo tras rociar su cuerpo con gasolina. La intervención de dos falleros evitó que prendiera fuego a su ropa. La policía se lo llevó detenido y tuvo que escoltar a cuatro familiares que le acompañaban por los insultos de las personas que se habían concentrado para ver cómo el artista fallero desmontaba las partes del monumento que pudieran ofender a los hindúes en caso de ser incendiadas.

Iván y Antonio Monteagudo, dos miembros de la comisión Ceramista Ros, explicaron que el hombre estaba arrodillado rezando ante el ninot de el Shiva Natajara. De repente, afirmaron, «se levantó sacó una botella con líquido y se la tiró encima». «Fue al coger el mechero cuando nos abalanzamos sobre él y le arrebatamos la botella. Era gasolina, mira como huele nuestra ropa», explicaron los dos falleros.

La policía se llevó detenido al hombre, que sufrió varios intentos de agresión de algunos de los testigos. Los hechos sucedieron entre la falla y un puesto de churros y buñuelos. Viendo la tensión que iba en aumento, el propietario de la tienda la desmontó y se marchó.

Cuatro personas acompañaban al hombre que se intentó quemar a lo bonzo. Dos mujeres adultas y dos menores, un niño y una niña. Varias personas que estaba viendo como cercenaban partes de la falla lanzaron gritos xenófobos contra estas personas, que fueron escoltadas por una patrulla de la policía local.

Una agente intentó tranquilizar a la mujer y le explicó que lo habían detenido porque «había intentado hacerse daño». Otros miembros de estética hindú, como un sij que acudió a visitar la falla, también fueron abucheados por muchos de los presentes. La policía tuvo que mediar para que los insultos no pasaran a mayores. Los agentes antidisturbios rodearon la falla y montaron un perímetro de seguridad para que los centenares de curiosos no se acercaran al monumento.