El Ayuntamiento de Valencia ha decidido retirar, en el plazo de un mes, los más de 500 contenedores de ropa que han proliferado en los últimos años por la ciudad, tras detectar la instalación de muchos de ellos por parte de mercantiles "con apariencia de fines sociales". Posteriormente, habilitará un nuevo mapa con más de 50 puntos de recogida e instalará nuevos contenedores homologados a través de convenios con entidades sin ánimo de lucro que acrediten su actividad para la inserción de personas en desempleo o en riesgo de exclusión social.

El concejal delegado de Coordinación Jurídica, Ordenanzas, Licencias e Inspección, Félix Crespo ha anunciado esta medida en rueda de prensa acompañado por la concejala delegada de Bienestar Social e Integración, Ana Albert, y la concejala de Residuos y Limpieza, Mª Àngels Ramón-Llin, y ha avanzado que la nueva ordenanza sobre ocupación de la vía pública incluirá regulación también esta materia.

Esta misma semana se notificará a todas las entidades que han instalado contenedores en la vía pública de la ciudad que deben proceder a su retirada en el plazo de 30 días. Si no lo hacen, lo harán los servicios municipales, que después les cobrarán los gastos.

Mientras tanto, el consistorio diseñará un nuevo mapa de puntos de recogida a las puertas de instalaciones municipales --mercados, bibliotecas públicas, centros de día, la universidad popular o pabellones-- de entre 50 y 70 contenedores uniformados, homologados y en los que figure el distintivo de la entidad que se hará cargo de la ropa, que deberá ser siempre sin ánimo de lucro, y que correrá con los gastos del nuevo recipiente.

Crespo ha explicado que se ha optado por esta solución "intermedia" para "preservar la colaboración del Ayuntamiento con la labor social". A partir de ahora, para optar a alguno de estos contenedores, se requerirá autorización consistorial, a través de la firma de un convenio.

Entre los requisitos figuran ser una entidad sin ánimo de lucro que pueda "constatar documentalmente" que se dedica a la labor de inserción laboral de personas en paro o con riesgo de exclusión social, con más de 4 años de experiencia y que su acción social repercuta en la ciudad de Valencia, aunque no necesariamente con carácter exclusivo.

La instalación de contenedores de ropa se inició en 2005, después de que el programa Roba Amiga, que engloba diversas entidades sin ánimo de lucro, Cáritas y Casa Grande se pusieran en contacto con el consistorio para pedir autorización. Se habilitaron 50 puntos de recogida explotados por ellas.

Es a partir de 2008 cuando se detecta una proliferación paulatina de contenedores en la vía pública por parte de otras entidades "sin que nadie se dirija al Ayuntamiento pasa solicitar su instalación". "Al no ser una materia adscrita a ninguna delegación no se actuó inmediatamente", ha reconocido Crespo, quien ha cifrado su número actual en más de 500.

"Negocio en muchos casos"

"Existe negocio en muchos casos", ha alertado el edil. Es el caso de Humana Fundación Pueblo para el Pueblo, Jóvenes Unidos para el Desarrollo del Medio Ambiente SL y Texlimca SA. Todas ellas "obtienen beneficio mercantil" y dedican una "pequeña parte" a programas de ayuda, ha afirmado Crespo.

El concejal se ha reunido ya con estas mercantiles, que ha reconocido su actividad pero no serán sancionadas, pues hasta ahora no existía regulación en la materia. Humana Fundación Pueblo para el Pueblo es una ONG que vende el 50% de lo que recoge a pequeños comerciantes de países africanos y el otro 50% a tiendas de segunda mano o lo recicla.

Jóvenes Unidos para el Desarrollo del Medio Ambiente SL, con sede en Toledo, recoge la ropa para la venta de trapos y ropa usada, y una "pequeña parte" para una residencia de niños en Perú, aunque "no aportaron documentos" de esto último, ha apuntado Crespo. Texlimca SA, con sede en Alzira, se dedica al reciclaje para hacer trapos de forma industrial y tiene la marca propia 'Wippy'.

Para el concejal, "va siendo hora de distinguir muy claramente donde existe fin social" y para "preservarlo" se ha optado por retirar todos los contenedores que existen actualmente y diseñar un nuevo mapa regulado que permita acreditar la actividad sin ánimo de lucro de aquellos que recojan los residuos textiles.