Nada más suscitarse la polémica por las figuras hindúes en la comisión de Ceramista Ros se recordó que una imagen de la Virgen de los Desamparados realizada para la falla municipal había sido salvada del fuego antes incluso de empezar la votación popular de la Exposición del Ninot por orden de la alcaldesa Rita Barberá. Sus autores, José Luis Ceballos y Francisco Sanabria, la recuerdan ahora como lo que es: un ninot de falla, concebido con toda la naturalidad del mundo para ser quemada, como toda su obra efímera. El primero de ellos recuerda ahora que «sí que es verdad que la forma está basada en la Peregrina de Octavio Vicent, pero luego la expresión es la habitual en nosotros. Además, ella está mirando el niño, cosa que nunca sucede, el propio niño lleva chupete, forma parte de una escena con los oficios de la imaginería... podíamos intuir que acabaría siendo indultada de alguna forma, pero la concebimos para quemarla. Como en Alicante se quema la Virgen del Remedio o la Santa Faz o se ha quemado la imagen de Dios en Valencia». Además, por un concepto añadido: «no es una imagen bendecida por ninguna autoridad eclesástica. Ni era ni puede ser objeto de culto». Quizá también por eso no entienden el revuelo creado con las figuras hindúes de Ceramista Ros en los dos últimos días de fiesta. «Eran lo mismo: ninots de falla. El tema se sacó de quicio».

Ninot lo era en toda la extensión de la palabra esta figura de la Maredeueta. «Está hecho en corcho. De hecho, cuando la sacaron de la Exposición, uno de los responsables de la Junta Central Fallera, no me acuerdo bien quién de ellos, nos dijo que iban con la idea de tener que levantar un peso muy grande y les sorprendió la ligereza». Efectivamente, no era nada cerámico. Posiblemente habría puesto en apuros a la figura de Pedro Rodríguez en Duque de Calabria en la votación popular. «Nos dijeron que hubo que decir muchas, pero muchas veces, que nuestra figura, al ser de la falla municipal, iba fuera de concurso. Eso nos hace pensar que habría recibido muchos votos. Algo lógico, de todos modos, tratándose de lo que se trataba».

Un deseo: el Museo Mariano

¿Qué ha sido de la figura en cuestión? La tiene la fallera mayor infantil de Valencia, Carla González. Fue la que eligió como recuerdo, de acuerdo con la prerrogativa de que disfruta la que ostenta el cargo: llevarse la figura que quiera. Por si acaso, los dos artistas la han pasado por el Registro de la Propiedad Intelectual. Ahora consta como una escultura, con lo que, en caso de cualquier restauración o modificación se les debe comunicar y no la puede tocar nadie sin su previo consentimiento. Y, en el fondo, un deseo íntimamente perseguido en el futuro. «Nos gustaría que acabara en el Museo Mariano de Valencia» asgura Ceballos. No es de extrañar por ello que dejen un pequeño mensaje. «Quizá, cuando Carla sea mayor, a lo mejor le gustaría donar la figura...». Ya tienen una figura indultada en el Museo del Chocolate de Palencia que plantaron en la comisión de Aras de Alpuente-Castell de Pop.

Hasta en el teléfono móvil

La imagen de la patrona rememora el proceso de realización de la figura, que se atribuye a tres peregrinos que serían tres ángeles. «Creemos que, como escena, pasó desapercibida. Que la gente se quedó con la copla de la Virgen y lo enternecedora que resultaba». Eso sí, dejar huella, dejó de verdad: «nos la han enseñado hasta como portada de teléfono móvil». Un ninot, por otra parte, hecho de forma mancomunada en el taller. «Como casi todo. Paco hace el desvastado, yo la monto, la lijamos a medias, el pan de oro es más especialidad mía, la policromía es de Paco...» y una ayuda inestimable: «la madre de Paco Sanabria se encargo, entre otras cosas, de la confección del manto». Y un secreto: «al principio, la idea era haber hecho un ninot del Padre Jofré. Pero por una cuestión de escalas, nos decantamos por ésta».