Cada año, el Grup de Danses Alimara buscar sorprender a los 5.000 asistentes a la tradicional "Ronda a la Verge" que se celebra en la plaza de la Virgen y que promueve la Fundación Bancaja. Por eso, este año, el grupo de danzas en cuestión se acercó hasta Almussafes para hablar con Rosita, una de las pocas mujeres que recordaba un baile tradicional de esta localidad, una espacie de fandango, que se llama "La Riberenca d'Almussafes". La mujer lo cantó y lo bailó, y los integrantes de este grupo tomaron buena nota para, después, "acoplar todas las piezas. Porque recuperar este tipo de obras es como hacer un puzzle. Las personas pueden recordar la música y la letra, pero, claro, luego todo debe llevar una estructura musical lógica", explicaban ayer a Levante-EMV los integrantes de esta entidad. La obra en cuestión fue la segunda -de las tres "dansaes" exclusivas que interpretó la entidad- de una jornada que abrió la Banda Municipal de Valencia y que arrancó los aplausos de los asistentes, que no eran pocos.

Pero en la tradicional "Ronda a la Verge" no solo hay "dansaes", aunque ésta es la parte que despierta mayor interés entre los asistentes. El baile tradicional se intercaló con las actuaciones de la Escolania de la Reial Basílica de Nostra Senyora dels Desemparats, del Orfeó Valencià Navarro Reverter y con las impresionantes voces del tenor Vicente Ombuena y de la soprano Amparo Navarro, que sustituyó a última hora a María José Martos, que no pudo acudir "por motivos personales".

El espectáculo merecía la pena y el público lo sabía. Por ello, la plaza de la Virgen estaba abarrotada. Tanto la parte destinada a los invitados de la Fundación Bancaja como la abierta al público, donde no cabía un alfiler. Ahora bien, en una plaza llena hasta la bandera coger un buen sitio es importante, y la veteranía, un grado. Y si no, que se lo pregunten a la familia de Emilia Pruñonosa. La mujer acudió a la "Ronda a la Verge" con sus tres hijas (María José, Maria Emilia y Pilar) y con una amiga, Maruja García. El grupo al completo se plantó en la plaza de la Virgen a las 15.50 horas para conseguir un buen sitio. Y lo lograron. Esperaron casi cinco horas, pero ayer ocupaban la primera fila, y estaban encantadas. "La espera merece la pena. Venimos siempre porque somo muy devotas. Por eso sabemos que hay que venir pronto para coger sitio", afirmaban ayer. A su lado, dos amigas, Rosario Calvo y Ángeles Arenas, sonreían. Ellas habían acudido a la plaza casi a la misma hora "para ver el tapiz" y ya no se fueron de allí.