El estudio de los materiales que se recuperaron entre 2007 y 2009 en las excavaciones arquelógicas de la calle Ruaya previas a las obras de un aparcamiento ha revelado la existencia de un santuario o centro de culto de época púnica (siglos III y IV) y, por tanto, anterior a la fundación romana de Valencia en el 138 a.d.C.. La existencia en el yacimiento de más de 40 pozos votivos con restos de sacrificios de animales -se han encontrado restos óseos de caballos y perros, entre otros- y la recuperación de piezas como pequeños altares "portatiles" para sacrificios rituales y una deidad de terracota aún por identificar confirman, a falta de que concluya la investigación del abundante material arqueológico recuperado, la hipótesis de un centro de culto de época púnica.

La concejala de Cultura, Mayrén Beneyto, presentó ayer los hallazgos en la sala de exposiciones del edificio del Punto de Gantxo, junto al Centro Arqueológico de la Almoina, donde estarán expuestos hasta el próximo mes de julio. Las piezas expuestas son sólo "un aperitivo", ni un 1% de lo que salió en la excavación, según apuntó ayer el jefe del Servicio Municipal de Arqueología (SIAM), Albert Ribera. Los materiales están siendo estudiados y restaurados por el SIAM con la ayuda del Instituo Valenciano de Recuperación del Patrimonio (Ivacor), que dirige Carmen Pérez.

Vida prehístorica

Mayrén Beneyto anunció que el ayuntamiento quiere organizar "en unos meses" una exposición con el resto de materiales de Ruaya, si bien admitió las dificultades para hacerlo por las estrecheces económicas de su departamento. "Me ha tocado una época en la que no hay dinero", se quejó Beneyto.

Los materiales recuperados en Ruaya confirman también que el territorio estuvo habitado en la prehistoria por grupos humanos de cazadores-recolectores. En el yacimiento se han encontrado piezas como un retocador, una herramienta de piedra tallada con figuras geométricas de época epipaleolítica (10.000-7.000 años de antiguedad) que se utilizaba para fabricar objetos de sílex y que representa el utensilio más antiguo hallado hasta ahora en Valencia.

La exposición "Valencia antes de Valentia. De la prehistoria a los cartaginenses" la componen media docena de piezas extraídas de los pozos votivos del yacimiento. Un ánfora de cádiz, un pequeño altar y quemaperfumes púnico, una terracota helenística, vasos caliciformes ibéricos y un olpe o jarra púnica. Los técnicos trabajan ahora en la documentación de los restos óseso y en la restauración de las piezas de variada procedencia -Grecia, Italia, ciudades del sur de la Península Ibérica, Ibiza o Túnez- encontradas en Ruaya.

Los hallazgos de Ruayhan permitido abrir nuevos capítulos en la historia de Valencia, al dejar constancia de la existencia de actividad humana en la ciudad y en la huerta mucho antes de la fundación romana de la ciudad. Ruaya no cuestiona la fundación romana, como en algún momento se ha insinuado, pero obliga a ampliar la mirada, apuntó Ribera.

El jefe el SIAM, que también barajó la hipotésis de que en Ruaya hubiera un emporio comercial, matizó que "el hecho de que se trate de una zona sacra no quiere decir que haya grandes templos". En la etapa púnica, que enfrentó a romanos y cartaginenses, "los templos podían ser pequeños habitáculos hechos con paredes de adobe". "Su valor es histórico, no monumental", recalcó el arqueólogo.

Carmen Pérez destacó, por su parte, el valor de estas pequeñas piezas que "nos hablan de una Valencia anterior a la Valencia que conocíamos hasta ahora"

El yacimiento de Ruaya, cuya excavación dirigió la arqueóloga Marisa Serrano, pudo ser una zona muy frecuentada antes de la fundación de Valentia pero, a falta de más datos, se cree que no estuvo habitada. "La globalización no se inventó hace 10 años", apuntó Ribera. En todo caso, toda esta vida previa a los romanos se corta unos 50 años antes de la creación de Valentia. Por tanto, no parece haber una solución de continuidad entre los descubrimientos de Ruaya y los del centro histórico de Valencia.