El Ayuntamiento de Valencia presentará alegaciones contra la obligatoriedad del uso del casco en ciudad por parte de los ciclistas, una medida que ha sido incluida en el anteproyecto del nuevo Reglamento de Circulación y que el Gobierno considera "incuestionable". El concejal de Circulación y Transporte, Alberto Medoza, asegura que la experiencia de otros países, como Israel y Australia, donde se obligó al uso del casco en el servicio público de bicicletas redujo un 50 por ciento la utilización de este medio de transporte.

El servicio público de bicicletas "valenbisi" de la ciudad de Valencia, ha informado el concejal a EFE, tiene actualmente unos 102.000 usuarios, el doble que municipios como Sevilla. Cada bicicleta, asegura Mendoza, es utilizada una media de entre nueve y doce veces, un "éxito absoluto" que atribuye a la comodidad del servicio y a las peculiaridades de la ciudad: "bien iluminada, bien asfaltada, y con 150 kilómetros de carril-bici".

Del mismo modo, defiende que el tráfico en el municipio "no es agresivo", y que los casos de accidentes son "anecdóticos". Considera por ello que el uso del casco supondría una "molestia añadida" y llevaría a muchas usuarios a renunciar a optar por este medio de transporte, una apuesta del municipio por ser más ecológico y reducir la contaminación.

El Ayuntamiento se opondrá también a la posibilidad de que los ciclistas puedan circular en sentido contrario a los vehículos en vías de un único carril, y a que en algunos supuestos puedan circular por las aceras.

Respecto a la reducción de la velocidad en las calles de un carril y una dirección a 30 kilómetros hora, el concejal recuerda que el municipio ya aplica esta medida y que en la ordenanza municipal de regulación del tráfico ya existe la "zona 30". El Ayuntamiento de Valencia, ha informado Mendoza, esperará a conocer el texto final del anteproyecto para presentar sus alegaciones.