La Demarcación de Costas ha estudiado con celo todos y cada uno de los actos realizados en las playas de Valencia prohibiendo desde la "mascletà" napolitana hasta una demostración de pirotecnia en la playa que duraba apenas tres minutos. Sin embargo, durante décadas, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha mirado para otro lado cuando miles de personas tomaban la playa de la Malva-rosa para celebrar la noche de San Juan. Hasta ayer. La Demarcación de Costas de Valencia, que tiene jefe nuevo desde julio de 2012, ha negado a la Federación de Vecinos la autorización de la tradicional verbena que celebra cada año y ha saltado la liebre. Y es que en la argumentación de la resolución queda, negro sobre blanco, que las hogueras típicas de esta noche "no están autorizadas". Entonces, ¿quién promueve el festejo cada año?

La Federación vecinal solicitó permiso para celebrar un espectáculo musical que precisaba la instalación de un escenario, cuatro casetas-camerinos y cuatro váteres públicos, así como una zona VIP, dos barras, cuatro grupos electrógenos y vallas para acotar zonas restringidas al público. Es la misma infraestructura que se autoriza siempre, aunque en los días previos a la celebración.

Sin embargo, este año, el ministerio afirma en el escrito que la ocupación del dominio público marítimo-terrestre para actividades de eventos musicales, puede llevar asociado "una repercusión negativa" y que, además, existen ubicaciones próximas a la solicitada "donde es posible efectuar el citado evento". El escrito también recalca que no cabe incluir zona VIP alguna "dado que resulta totalmente incompatible con el uso público del dominio público marítimo-terrestre".

Pero ahí no acaba la cosa. El Ministerio de Medio Ambiente realiza una conexión directa entre la celebración de la verbena y la afluencia masiva de gente a la playa. "La celebración de este evento conlleva una gran afluencia de público, generando importantes residuos que repercuten de forma negativa en la calidad de la arena de la playa. La existencia de esa verbena supone que la afluencia de público aumente considerablemente", y muchos residuos quedan en el fondo marino, afirma el escrito, que también señala que la petición ha sido formulada por una asociación privada y no promovida ni patrocinada por el ayuntamiento, situación que conllevaría una corresponsabilidad del consistorio.