La elevada cuantía de las multas de tráfico que se imponen en la ciudad ha abierto un debate sobre la necesidad de rebajar las sanciones y adaptarlas a los actuales tiempos de crisis. Tener que pagar 200 euros por aparcar en zona de carga y descarga o en el carri-bus puede ser un castigo merecido, pero para alguien que lleva tres años en paro y cobra 400 euros de subsidio supone un roto de dimensiones considerables en su economía. Hasta el punto de que muchos infractores optan por no pagarlas y confiar en que prescriban, lo que ha disparado la morosidad y ha hecho caer las cifras de recaudación de multas del ayuntamientos al 19%.

Los valencianos fueron el año pasado cosidos a multas. Según la memoria de 2012 de los Cuerpos de Policía Local de la Comunitat, que esta semana presentó la Conselleria de Gobernación, se impusieron 958.295 sanciones de tráfico, lo que arrojaría un promedio de 2.625 al día, un 4,2% más que en 2011.

Más de 2.600 sanciones al día

Que te pongan una multa se ha convertido casi en un drama. Así al menos se desprende de los testimonios que pueden escucharse en las colas de la oficina de recaudación de multas del Ayuntamiento de Valencia, ubicada en la calle Albacete. Colas que, todo sea dicho, no son las que se veían hace unos años en la céntrica oficina de la calle de la Sangre, hoy clausurada, para pagar multas bajo amenaza de embargo de cuestas y bienes.

«No me di cuenta y aparqué en una plaza de minusválido», explica cariacontecido un vecino de Valencia, que prefiere mantener el anonimato, y que está dándole vueltas al dilema de pagar la multa de 200 euros que le han puesto o subir al despacho de abogados especializado en recurrirlas que hay justo al lado de la oficina municipal de gestión de multas. «Si recurre pierde la bonificación del 50%» por pagar en 15 días, explica la abogada experta en recurrir multas. «Es la coacción» del ayuntamiento, comenta.

La bonificación de las multas ha venido acompañada por un incremento de las cuantías. Si hace unos años se pagaba 80 euros por superar el límite de velocidad en ciudad, ahora la sanción no baja de 300 euros y con pérdida de puntos del carné de conducir.

Conductores «cazados»

En los últimos tiempos, buena parte de las multas recurridas son de conductores «cazados» por la policía local con el vehículo «smart» que lleva una cámara incorporada. «No me enteré de que me puso la multa, paré cinco minutos», jura y perjura un empleado de Emivasa, la empresa de gestión del agua de la ciudad, tras abonar los cien euros de multa bonificada por aparcar en el carril-bus. «Es un robo», asegura con enfado. Explica que cobra 1.300 euros y tiene dos hijos que mantener.

El enfado es el gesto que predomina en la cara de quienes acuden a las oficinas de gestión de multas. «Alguno hay que se enfada más de la cuenta pero la mayoría viene con resignación», apunta un trabajador de la oficina que se dedica a grabar multas.

«Es impresentable, van a por la gente», apunta un jubilado que fue «pillado» por las cámaras que el ayuntamiento ha puesto en la avenida del Cid para sancionar a los que se saltan el semáforo. «El ambar dura 3 segundos», apunta en su descargo este jubilado, quien añade que en 50 años nunca le habían multado. «Ahora con las multas y las medicinas que tenemos que pagar a la seguridad social se nos va la pensión». «Yo estoy a favor de penalizar, pero la policía tendría que ser más comedida», zanja.

«Antes un albañil cobraba 2.000 euros y ahora, si trabaja, cobra 800; que pongan multas de 200 o 300 euros es un abuso», apunta otro multado. «En Suiza tercia una mujer que espera en la cola de la oficina de multas te sancionan hasta por tirar un papel en la calle, pero te ponen 30 euros no 200». «Las multas deben ser más proporcionadas», añade.

En el Ayuntamiento de Valencia el debatae sobre las multas de tráfico llegará al próximo pleno. Mientras el PSPV aboga por ajustar las cuantías y establecer multas proporcinales y acordes a la situación económica actual, el gobierno local apuesta por ajustar los límites de velocidad a través de un cambio normativo.