Se desplomó durante la tarde del pasado martes en los Jardines del Real (Viveros) cuando el tronco de una palmera de ocho metros se fracturó de cuajo a los tres metros de altura. Ocurrió en la zona próxima a la entrada al jardín por la calle Genaro Lahuerta y no hubo que lamentar heridos.

A primera hora de ayer, los técnicos municipales del departamento de Parques y Jardines se acercaron hasta el ejemplar para ver qué es lo que había provocado la caída de la palmera y cuando vieron el interior del tronco supieron que ejemplar "estaba enfermo". "El interior del tronco presentaba una coloración amarillenta parcial que indica la afección por un hongo, un virus o una bacteria. En principio, por las características que se observaban a simple vista todo parece indicar que se trata de un hongo que ataca a la madera. Además, si se confirman nuestras sospechas, se trataría de un hongo que es difícil de tratar, aunque todo depende del grado de afección. El tratamiento a aplicar en este tipo de enfermedad es la tala, ante el riesgo de desplome", explicaron los técnicos de la concejalía que dirige Lourdes Bernal.

Es más, el ayuntamiento ha llevado una muestra del ejemplar a la Universidad Politécnica para que determine de qué hongo se trata o qué enfermedad acusaba la palmera en cuestión. "Cuando una palmera presenta síntomas de putrefacción -como era el caso- éstos pueden derivarse de agentes externos o internos, mediante un hongo, un virus o una bacteria. Para los técnicos municipales es imposible detectar estas enfermedades a simple vista porque el ejemplar parece sano, pero no lo está y para nosotros es imprevisible saber qué va a pasar, como en el caso de la palmera que cayó el martes por la tarde en Viveros", añadieron las mismas fuentes.

"La poda no tiene nada que ver"

El ejemplar caído, sin embargo, presentaba un estrangulamiento justo por el lugar de la fractura. "Los estrangulamientos muestran una debilidad de la palmera, un trauma, pero en ningún caso un ejemplar se fractura así por falta de poda o por el peso de la copa. Hay veces que observamos un estrangulamiento y comprobamos que, hace años, esa palmera se transplantó o tuvo un problema puntual de riego que le supuso un trauma, que se manifiesta de esta forma", añadieron los expertos tras recalcar y descartar que la fractura se produjera por la falta de poda.

Y es que, según los técnicos municipales, "si las palmeras de la ciudad se podan es solo por estética y por el peligro que conlleva que caigan las palmas secas, no porque se puedan desplomar".