La operación urbanística que acompañó a la rehabilitación de la antigua Tabacalera, que según el tribunal Supremo se hizo sin tener en cuenta los informes patrimoniales ni valorar correctamente las permutas, ha resultado poco menos que un fracaso. Después de saltarse todos esos procedimientos, la crisis ha hecho que de los dos edificios de viviendas que se iban a construir sólo se haya levantado uno y que el aparcamiento que impulsó el propio ayuntamiento haya sido definitivamente abandonado.

Básicamente, la operación de Tabacalera fue una permuta. El Ayuntamiento de Valencia se quedaba con la antigua fábrica de tabacos para rehabilitarla y convertirla en sede consistorial. Así mismo, tenía previsto hacer un aparcamiento subterráneo. Por su parte, el propietario de la fábrica, Guadalmedina, que la compró a la empresa pública Altadis, se quedaba con el edificio municipal de la plaza de América y el derecho a levantar dos bloques de viviendas de nueve plantas en la parte trasera del complejo, en la calle Micer Mascó, para lo cual había que derribar todas las naves traseras y laterales.

Aquel convenio fue muy contestado por la plataforma Salvem Tabacalera por tratarse de un edificio protegido y por la pobre valoración del edificio de plaza de América, que se tasó en 2.800 euros el metro cuadrado cuando el de los juzgados se vendió por 6.700. Pero el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana le dio el visto bueno.

Ahora, sin embargo, el Tribunal Supremo le ha dado la razón a Salvem Tabacalera y ha ordenado iniciar de nuevo el proceso judicial para que se tenga en cuenta todo aquello. El problema es que las naves ya están derribadas y la operación urbanística consumada, una operación que, además, no ha dado los frutos esperados.

Lo construido

Por lo que se refiere a los dos bloques de viviendas de nueve plantas que debían construirse en la parte de atrás, en la calle Micer Mascó, la empresa constructora sólo ha levantado uno. Se trata de un bloque de 80 pisos, todos de lujo, de los cuales sólo se ha vendido el 60% y se ha ocupado la mitad aproximadamente. Los primeros vecinos entraron el pasado mes de enero.

El segundo edificio no está ni en marcha y se calcula que hasta que no se haya vendido la práctica totalidad del primer bloque no se empezará el segundo. De momento, allí sólo hay un solar con material de obra esperando una decisión de la constructora.

Por lo que se refiere al aparcamiento impulsado por el ayuntamiento, la situación es aún peor, pues la empresa adjudicataria del mismo, Secopsa, abandonó el proyecto y así se ha quedado.

La idea era hacer un aparcamiento subterráneo, con entrada por un lateral del complejo y ocupando todo el subsuelo del edificio. Se pensaba en vender plazas a más de 30.000 euros cada una, dejar plazas en rotación y hacer una reserva para los funcionarios del complejo, por lo que el ayuntamiento no cobraría canon. Una cosa compensaba a la otra.

Al final, sin embargo, la demanda de plazas no fue la esperada y la empresa adjudicataria decidió dejar el proyecto, que a día de hoy parece definitivamente abandonado.