A lomos de sus caballos, sin silla de montar alguna, ataviadas con la camiseta azul de la organización y el pelo recogido en una coleta, todas llamaban la atención. No era la primera vez que la tradicional "Correguda de Joies" que celebra cada año Pinedo con motivo de la "festa grossa" contaba con la participación de mujeres. Sin embargo, nunca habían sido tantas. Y es que casi cubren la mitad de los participantes. De los nueve jinetes, cuatro eran mujeres.

Sin embargo, una amazona más participó en el desfile inaugural con el que da inicio cada una de las tres jornadas que conforman una competición de velocidad donde los jinetes cabalgan "a pelo", sin silla alguna, sobre los animales que tan bien conocen. Y es que, aunque Sandra Boyer vio la carrera como una más del público, llevaba todo el año entrenando a "Regil" así que... "¡qué menos que desfilar en la presentación!", explicó ayer esta joven entre risas, mientras acariciaba al animal.

De las cuatro amazonas que participaron de forma oficial, tres llamaban la atención por su evidente juventud: las hermanas Esteve (Lorena de 18 años e Irene, de 15, la benjamina de la competición) e Inma Ribes, también de 15 años. Las tres venían de Hípica Las Palmas y tenían un perfil similar es decir, su familiaridad y afición a los caballos venía "de siempre" porque estas tres jóvenes viven a lomos de un caballo "desde los 4 o 5 años". Ahora bien Irene tenía claro que este año "tenía que competir". Y es que será la última vez en la que participe su hermana Lorena porque "Roncero", su caballo "ya tiene 15 años y necesita una vida más tranquila".

La cuarta participante rompía todos los esquemas. Y es que solo llevaba dos años inmersa en el mundo de la hípica (en su caso, en Aldi, Alboraia). Concretamente desde "que mi vida dio un cambio radical y el caballo entró en mi vida cuando otra cosa salió de la misma. Cambié una cosa por otra", afirmó sin más detalle, con una sonrisa.

Las cuatro amazonas coincidieron al asegurar que la clave de "montar sin silla" es una "cuestión de equilibrio y de 'asiento'". Por ello, si el equilibrio se pierde "hay que apretar las piernas y sujetarse a la crin del animal".

"Las caídas son normales"

Y es que el objetivo es evitar caída alguna. Aunque, a veces, es "inevitable". Y si no que se lo pregunten a Rafael, el joven que se cayó de su caballo "Hispano" el pasado lunes y que ayer contemplaba las carreras como uno más del público. Eso sí, con collarín y un pie vendado. "Llevo cabalgando toda la vida sin montura y las caídas son normales", explicaba ayer.