La Policía Local de Valencia ha levantado 40 actas de advertencia a otros tantos clientes de prostitutas del barrio chino. Se trata de una medida previa a la sanción contemplada en la ordenanza de prostitución puesta en marcha esta misma semana, una normativa que exculpa a las mujeres pero que puede sancionar a los clientes con una cantidad que oscila entre los 300 y los 2.000 euros.

Según fuentes municipales, al ser un lugar próximo a colegios y parques infantiles, en este caso se puede aplicar además la mayor sanción, aunque, al parecer, no ha sido eso lo que más ha preocupado a los afectados. "Han preguntado sobre todo -dijeron las fuentes- si ese papel lo iban a mandar a casa", algo que no ocurrirá si no vuelven a reincidir y se impone la multa. "Entonces si irá a su domicilio y se enterará la familia, que es lo que todos quieren evitar", dijeron las fuentes.

Aunque la ordenanza entró en vigor esta semana, la Policía Local dedicará estos días a diseñar un protocolo de actuación y no será hasta la semana que viene cuando se empiece a multar. Ahora lo que se hace es advertir de la ilegalidad de su comportamiento, como está previsto en el artículo número 5.

Tendrán que esperar, por tanto, a nuevas convocatorias para recibir formación en limpieza de grandes superficies, dependientas de comercio o manipuladoras de alimentos y para recibir la beca de 500 euros que se les concede.

Preocupación vecinal

Fuentes de la Asociación de Vecinos de Velluters aseguraron que la ordenanza de la prostitución no ha cambiado por ahora los hábitos de las mujeres y de los clientes. Lo que cambiará, además del despliegue policial que ya se ha montado, es el escenario de esta actividad, pues ahora las mujeres tendrán que refugiarse en clubes o pisos. "Los dueños de los locales se están frotando las manos", dijeron fuentes de la Asociación de Vecinos.

Piden, por tanto, protección para ellas y la intensificación de los procesos de inserción social, el primero de ellos los cursos.

Según dicen, la mayoría de las mujeres que ejercen la prostitución en el barrio chino, incluidas las extranjeras que apenas dominan el idioma, se han apuntado a esos cursos y muchas de ellas han quedado fuera por falta de plazas, de manera que urgen a la apertura de nuevas matrículas para dar respuesta a esa demanda creciente. De no ser así, advierten, las mujeres quedarán atrapadas entre la presión policial y los proxenetas.

Por su parte, fuentes de la Concejalía de Bienestar Social explicaron que las primeras 55 mujeres que han hecho los cursos les han sido remitidas por Médicos del Mundo, Cáritas y Villa Teresita, organizaciones que habitualmente trabajan con este colectivo. No obstante, aseguran que habrá más cursos y que las mujeres que encuentren trabajo irán siendo sustituidas en los mismos. Cinco ya han sido contratadas por empresas de limpieza de grandes superficies para dos meses y esperan que todo se desarrolle con normalidad para seguir prorrogando esos contratos.