Un matrimonio fue ayer desalojado de su vivienda. Sin embargo, no fue por el impago de la hipoteca, sino por desatender de forma reiterada una multa de tráfico. Son los letales inconvenientes de vivir sobre cuatro ruedas en la ciudad de Valencia.

Ayer a mediodía, la grúa municipal retiró la furgoneta en la que habitaba una pareja, de origen extranjero, aparcada durante los últimos días en la calle Guillem de Castro. El vehículo estaba estacionado en la zona azul delimitada enfrente del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) y ya había sido multado, al menos en una ocasión, al no abonar la tarifa correspondiente de la O.R.A.

Esa leve sanción económica se transformó ayer en un auténtico desahucio, cuando tres agentes de la Policía Local de Valencia procedieron a multar el vehículo y dieron parte para que la grúa trasladara la furgoneta hasta el depósito municipal, en el que ha permanecido toda la noche.

Mientras los empleados municipales enganchaban la furgoneta para proceder a su retirada, uno de los dueños, el varón de la pareja extranjera, quiso abrir las puertas traseras para recoger algunos de sus objetos personales. Los agentes intentaron evitar que se acercara al vehículo y forcejearon con él, pero su empeño motivó que uno de los policías le detuviera por resistirse a la autoridad. Ya detenido, fue conducido a las dependencias del centro policial de Zapadores, donde estuvo retenido toda la tarde hasta prestar declaración. Finalmente, las autoridades decidieron que pasara la noche en la comisaría.

Sin recursos para pagar la multa

La pareja vive de forma ambulante en Valencia desde hace cerca de tres meses. Entre sus asientos, comen, duermen y hacen vida normal con su perro. Durante este tiempo, los cónyuges han buscado trabajo en la ciudad para tratar de salir adelante, y por esa razón prefieren mantener ahora su anonimato.

Por otro lado, no disponen de los recursos económicos necesarios para costear los gastos de la multa que la Policía les ha impuesto, ni tampoco el enganche de la grúa, una cifra cercana a los 150 euros. Además, cada día que su furgoneta pase en el depósito municipal, el importe irá ascendiendo, por lo que su situación es límite, puesto que se han quedado sin un lugar donde refugiarse.

En las últimas horas, una agente social trata de ayudar a la pareja, a la espera de que el marido pueda salir esta mañana de la comisaría de Zapadores.