El concejal de Hacienda, Silvestre Senent, aseguró ayer que los grandes impuestos siguen congelados en la ciudad de Valencia y recordó que «somos de las ciudades con las tasas más bajas en muchas ordenanzas, por no decir en todas». Se mostró, por tanto, satisfecho de la evolución de los precios, que no suben más allá del IPC, y de la política impositiva del ayuntamiento, del que dijo que mantiene el compromiso con los ciudadanos.

El socialista Pedro M. Sánchez ha advertido, sin embargo, de que a pesar de las declaraciones de Silvestre Senent, «la realidad es que las tasas e impuestos municipales sí suben en su conjunto bastante más que 2,1% correspondiente al IPC». «Repite que el IBI no sube, pero la realidad desmiente una vez más al PP, ya que entre 2012 y 2013 el Gobierno central lo incrementó un 10%» como medida provisional y se mantendrá en 2014».

También para el próximo año ha asegurado que el PP «mantendrá la reducción de la bonificación por tener domiciliados los recibos del 5 al 2 por ciento, lo que supone otro «desembolso».

Sanchez admitió que su formación está «conforme» con que el Ayuntamiento busque nuevos ingresos, por lo que está de acuerdo en que se incluya una tasa para los cajeros de los bancos, «pero no con cargar el peso sobre los ciudadanos». Por ello, ha manifestado que «habría que cobrar el IBI a las confesiones religiosas» o «mejorar los sistemas de recaudación para reducir el fraude fiscal».

Por su parte, el grupo Compromís se ha congratulado de que el ayuntamiento ponga una tasa para los cajeros de los bancos, una tasa que su grupo propuso el año pasado y que «el PP se negó a implementar con la excusa de que no era una cantidad suficientemente grande como para saliera rentable para el Ayuntamiento».

«Nos alegramos. Es nuestra propuesta desde el principio, pero debido a su sectarismo se negaron a aprobarla», dijo Joan Ribó.