El concejal de Tráfico y Seguridad Ciudadana, Miguel Domínguez, se pronunció ayer sobre instalación de radares móviles y fijos en la ciudad, además de cámaras en algunos semáforos para evitar que la gente los pase en rojo, un proyecto que el propio edil anunció hace pocos meses. Domínguez declaró, sin embargo, que para la puesta en funcionamiento de este proyecto se necesita una «partida económica» que en estos momentos «no existe».

De todas formas, el concejal explicó que lo que se pretende con este tipo de acciones «no es ir en contra de nadie, sino de que la gente se conciencie y que reduzca la velocidad para que haya menos accidentes».

Por su parte, el concejal de Circulación de Transportes, Alberto Mendoza, añadió que «al saltarse un semáforo en rojo se pone en riesgo la vida propia y la de los demás».

Mendoza también habló de las recomendaciones que enviará la Dirección General de Tráfico (DGT) a las ciudades y la petición concreta de elaboración de un mapa de puntos negros. «Creo que en Valencia no hay puntos negros», dijo. Aunque admitió que en el cruce entre la avenida Blasco Ibáñez y Doctor Moliner se han producido varios accidentes con víctimas, explicó que «los técnicos lo atribuyen a una casualidad» y que «es la ruta de una zona de ocio hacia el centro de la ciudad». De todas formas, «ya se han cambiado la regulación del tráfico para aumentar la seguridad».