Casi tres semanas después de la entrada en vigor de la Ordenanza de la Prostitución, la Policía Local de Valencia ha levantado 205 actas de advertencia a otros tantos clientes y ha impuesto seis sanciones, todas ellas por falta muy grave al estar a menos de 200 metros de un colegio o un parque infantil. Las actas de advertencia se han levantado en los barrios de El Mercat, El Pilar, En Corts, Poblats Maritims y San Francesc. Y las multas se han puesto en el eje Viana-Balmes, donde está el núcleo del barrio chino, y en la calle Escolano, que están en las proximidades de Escolapios o el Jardín del Hospital.

Para la Policía Local se trata de un balance satisfactorio, más que por las sanciones, por el descenso de actividad que se ha detectado en el centro de la ciudad. Por eso ha decidido ampliar su radio de acción y desde el pasado lunes aplica también la ordenanza en el entorno de la estación de autobuses, donde se concentra la prostitución masculina.

También se centrarán ahora en investigar a los locales en los que se han refugiado las mujeres y en los pisos que utilizan para sus negocios, aunque los agentes advierten de las dificultades que hay para ello. Se ha comprobado, por ejemplo, que los propietarios de estos pisos están empadronando a las mujeres en los mismos para que así los consideren su residencia y no sea posible actuar en su contra. Y en cuanto a los locales, el principal problema es burocrático, pues algunas de las sanciones son competencia de la Policía Autonómica.

La concejala de Esquerra Unida Rosa Albert ha mostrado su disconformidad respecto a la supuesta disminución de la afluencia de clientes y del ejercicio de la prostitución en la vía pública. Albert asegura que las prostitutas siguen en la calle y que «lo único que le importa al Ayuntamiento de Valencia es la imagen y no erradicar esta actividad».