La ciudad de Casablanca apuesta por el lujo para la transformación de su frente marítimo. La capital económica de Marruecos está construyendo un nuevo barrio marítimo de 26 hectáreas -la cuarta parte de la superficie de la Marina Real Juan Carlos I de Valencia- con 18 edificios, la mayoria en altura, entre ellos, tres hoteles, edificios residenciales con apartamentos de alto "standing", oficinas, un centro comercial, un centro de convenciones y un puerto deportivo. La combinación de usos quiere garantizar la vida continua en la nueva marina. Las zonas residenciales las integran de diez edificios de diferentes alturas. Los apartamentos cuentan con amplias terrazas, algunas de ellas con jacuzzi, la última tecnología de automatización y vigilancia.

Casablanca es una de las ciudades del norte de África con un desarrollo urbanístico más activo, tanto en diseño de edificios como en volumen de licencias al año.

Mientras en la Comunitat Valenciana la construcción y la arquitectura siguen en dique seco, sin que despeguen proyectos que podrían suponer un balón de óxigeno para el sector como el desarrollo de la Marina Real Juan Carlos I, las autoridades de Casablanca están desplegando una importante actividad constructora, entre otros, en el frente marítimo. El objetivo es construir un nuevo barrio que sirva de motor para regenerar el barrio antiguo ubicado junto a la gran mezquita que en la actualidad es una zona marginal y degradada.

Esta actividad está atrayendo hasta la ciudad atlántica a empresas constructoras, ingenierías y despachos de arquitectura, entre ellos, el del valenciano José María Tomás que está en conversaciones con el Ayuntamiento de Casablanca y la empresa pública Al Manar para construir el futuro acuario del "waterfront", un recinto del que se espera sea el principal reclamo de ocio para la población local. Pese a la presencia valenciana, buena parte de la obra en Casablanca se la están llevando empresas francesas.

La renovación del frente marítimo la promueve el ayuntamiento y la gestiona la empresa municipal Al Manar si bien la inversión es privada. La falta de acuerdo ecónomico con los inversores ha dado al traste con el centro comercial de Les Escales proyectado en la marina de Casablanca por la empresa L35, con sede en Barcelona, que no obstante tiene obra en otros puntos de la ciudad.

La oferta hotelera de la marina de Casablanca se ha diseñado pensando en atraer visitantes internacionales. Algunos de los hoteles se anuncian como iconos arquitectónicos del frente marítimo y símbolo de modernidad de Casablanca. Entre los hitos hay un rascacielos para uso hotelero de 157 metros de altura -el más alto del país-, con 300 habitaciones que destaca por su diseño torneado. La previsión es que la torre esté acabada en 2016.

Junto con los hoteles está prevista la construcción de un palacio de congresos, con capacidad para 3.500 personas conectado con una zona comercial, un "business center" y una zona de restaurantes, "spa" y piscinas.

La etiqueta de desarrollo sostenible acompaña a este proyecto urbanístico, un conglomerado de hormigón con toques de diseño ubicado sobre terrenos ganados al mar y a pocos metros del puerto comercial de Casablanca, el más importante de Marruecos.

El arquitecto José María Tomás asegura que el de Casablanca es un proyecto "interesante porque supone la creación de un barrio nuevo donde antes no había nada que, además, servirá de revulsivo para regenerar el barrio antiguo". Tomás asegura que el frente marítimo de Casablanca está muy avanzado.

El proyecto urbanístico incluye un puerto deportivo de 135 amarres y aparcamientos (6.000 plazas) en subterráneo para liberar espacio peatonal en superficie.

Las autoridades de Casablanca, que en abril de este año visitaron Valencia, aseguran que hay una docena de empresas nacionales y multinacionales de sectores como el farmacéutico , la energía y la comunicación interesadas en instalarse en la marina. La previsión es que 7.000 personas trabajen en las oficinas de la marina.