Un comité de expertos del EEP Programa de Especies en Peligro, de sus siglas en inglés de jirafa de Baringo de la Asociación Europea de Zoos y Acuarios decidirá esta semana si envía otra hembra de jirafa de Baringo o de Rothschild (Giraffa camelopardalis rothschildi) al Bioparc. El ejemplar sustituiría a Jerezana, una hembra de dos años a la que los veterinarios del zoo valenciano le practicaron una eutanasia el sábado por la mañana después de que el remolque en el que era transportada a Valencia sufriera un aparatoso accidente cerca del embalse de Contreras al ser embestido por un camión.

Fuentes del zoológico valenciano explicaron ayer que la prioridad en el parque durante el día de ayer fue comprobar que el veterinario que viajaba con la jirafa estaba en buenas condiciones. A principios de esta semana se le practicará una necropsia para descubrir si la jirafa tenía lesiones internas más allá de la fractura mandibular que iba a impedir al animal alimentarse por sí solo.

Viabilidad genética

Cuando el Bioparc envíe el informe a la Asociación Europea de Zoos y Acuarios, los expertos comprobarán entre los ejemplares de jirafas de Baringo que hay en los zoos europeos si hay alguna hembra que pueda unirse a la comunidad del Bioparc. «Ellos ven cuáles son los movimientos entre zoos necesarios para garantizar la viabilidad genética de esta especie», indican fuentes del zoo. La comunidad de jirafas de Baringo del zoo de Valencia es la más importante de España, ya que el zoo cuenta con la comunidad de jirafas más grande del país: 7 animales. El macho reproductor del parque, Julius, es un ejemplar genéticamente puro de la subespecie Baringo, tiene 8 años y es el padre de todas las jirafas nacidas en el zoo. El primer macho de las cuatro crías que han nacido en los cinco años del parque, Tumai, fue trasladado la reserva de El Castillo de los Guardas, en Sevilla, porque esta subespecie en particular es la que más peligro sufre de extinguirse, ya que en libertad solo quedan unos pocos centenares de ejemplares. En el caso de las jirafas macho, por su parte, se busca evitar que haya dos machos en el mismo grupo reproductor, por lo que decidió alejarse a Tumai de su padre.En El Castillo además está Rómulo, el rinoceronte trasladado del Bioparc tras 28 años en Viveros.

La esperanza de vida de las Baringo en cautividad es 10 años superior a la de las jirafas que viven en libertad, pudiendo alcanzar los 20 o 25 años de vida. No en vano, una de las jirafas del Bioparc, Che, viene del antiguo zoo de Viveros y tiene 18 años de edad.