La clasificación de las fallas de 2014 se convirtió en una clase de álgebra durante el pleno de la Junta Central Fallera. Y el concejal Francisco Lledó acabó por dar el dato: «si contamos las bases imponibles, el año pasado se declararon 7,77 millones y este año, 5,58. Esto quiere decir que el dinero gastado en los monumentos falleros son 2,18 millones de euros menos». Dicho de otra forma: un 40 por ciento más baratas que en la edición del pasado mes de marzo.

La clasificación queda pendiente de la ratificación de la asamblea de presidentes la próxima semana, donde podría estudiarse la creación de dos secciones más, y que obligaría a hacer un arreglo no traumático para Sección Especial, Primera A y Primera B. Las dos primeras han hecho un pulcro trabajo previo para que no hubiera un corte que dejara a alguna de ellas en la categoría que no quieren (las más modestas de Especial no quieren bajar y las más potentes de Primera A no quieren subir).

Este sustancial descenso se hace después de «limpiar» la base imponible: el año pasado la clasificación fue sin IVA, al pillar la subida en medio del ejercicio, y este año con el impuesto incluido. Aún añadiendo ese 21 por ciento, la caída del precio es de un millón de euros (de 7,7 a 6,7), un quince por ciento. En cualquiera de los casos, en este descenso confluyen dos factores: el daño causado por la subida al 21 por ciento del IVA, que de por sí ha descorazonado a los falleros, como la propia crisis económica, que ha disminuido el dinero asignado al monumento.

Pero también hay que tener en cuenta que, de ese millón bruto, la mitad corresponde al bajón de la Sección Especial (es decir, las que plantaron el año pasado) y que sólo se compensa en una pequeña parte por el aumento que ha permitido ascender al Mercado Central. Esta bajada le permitirá también al ayuntamiento gastar menos en subvenciones: un millón y medio de euros.

Las apreturas económicas han llevado también a que las comisiones ajusten mucho más los precios. Esto ha provocado que muchas hayan coincidido en un mismo precio y que se haya pruducido una situación insólita: fallas que valían la misma cantidad «redonda» (8.000, 7.000, 1.500 euros) han ido a parar a secciones distintas, teniendo que hacerse el corte por el número de censo.

Fue el dato más esperado del pleno de ayer, en el que el concejal Lledó también informó que se adelantan los tiempos para solicitar mercados de artesanía y alimentación, y así evitar problemas como los de el año pasado en plena semana fallera.