La remodelación viaria de la avenida Barón de Cárcer a raíz del proyecto de peatonalización del entorno de la Lonja devolverá a esta céntrica y comercial vía urbana a sus orígenes con carriles para el tráfico y el transporte público en los dos sentidos. Lo que motiva esta nueva reordenación es garantizar el tránsito de vehículos y autobuses al aparcamiento „aún por terminar„ de la plaza de Brujas que dará servicio al Mercado Central, el epicentro comercial de Ciutat Vella. Un argumento que ya estaba muy presente hace un siglo, en el proyecto de 1911 de Federico Aymamí para la avenida Barón de Cárcer, entonces avenida del Oeste.

Siguiendo el modelo de ciudades como París y Roma, en Valencia se proyectaron a finales del siglo XIX y principios del XX varias operaciones de «sventramento» o apertura de grandes y modernas avenidas en los cascos antiguos. Operaciones que respondían a una visión higienista del urbanismo, pero que también tenían un componente especulativo. Una de ellas fue la de la avenida del Oeste. Uno de los argumentos de aquella intervención fue mejorar el acceso de los carruajes de los vendedores y comerciantes que llegaban de puntos como la Serranía hasta el Mercado Central y que debían transitar por las estrechas y retorcidas callejuelas del Carmen hasta llegar al mercado.

El arquitecto mayor de la ciudad, Javier Goerlich, retomó y redefinió el proyecto de Aymamí en 1929 convirtiendo la avenida Barón de Cárcer en «la puerta a la ciudad desde Madrid». Siguiendo el esquema de la Gran Vía madrileña, Goerlich proyectó una avenida con edificios altos y modernos, algunos de estilo racionalista, y acabados redondeados, imitando el estilo barco que hacía furor en Madrid como el de la esquina de Barón de Cárcer con En Sanz o San Vicente.

Las obras de demolición para abrir el primer tramo de la avenida del Oeste, que hizo desaparecer 600 casas, no arrancaron hasta 1940, durante la alcaldía de Joaquín Manglano, barón de Cárcer, cuyo título nobiliario sirvió para rotular la calle. Aunque por la orientación de la nueva vía y por la denominación del proyecto inicial se sigue utilizando popularmente y con mucha frecuencia el nombre de avenida del Oeste.

La avenida del Barón de Cárcer de los años 40 y 50 del siglo pasado era una arteria principal de la ciudad. A ambos lados de la misma funcionaban galerías comerciales de diverso tipo, como la Ferretería de la Cadena. El tranvía circulaba por el centro de la misma en doble sentido, al igual que los vehículos y carruajes. Además había zonas de aparcamiento a ambos lados.

«Era una calle que se congestionaba mucho», recuerda el arquitecto y expresidente del Colegio Territorial de Arquitectos de Valencia Francisco Taberner. Aquel esquema viario «fracasó» porque era imposible que la avenida fuese una vía rápida y al mismo tiempo una zona de tanta actividad comercial.

La avenida del Oeste y la reforma de la plaza del Ayuntamiento fueron dos de las grandes actuaciones del plan de reforma del centro de la ciudad que propuso Goerlich. La reforma de la plaza se llevó a término „fue la famosa y ya desaparecida «tortada»„ pero de la avenida sólo se hizo el primer tramo „entre San Agustín y el Mercado Central„. Después de la riada de 1957, hubo un intento de dar continuidad a la avenida y acabar el tramo del Mercat hasta el puente de Serranos, si bien no se llevó a término, en parte por la oposición de los vecinos del Carmen.

Los planes especiales del centro histórico que se aprobaron en los años 90 del siglo pasado dieron carpetazo definitivo a las grandes avenidas a través del centro histórico.

Francisco Taberner, autor junto con Manuel Ramírez del plan director de la Lonja, valoró ayer la decisión del Ayuntamiento de Valencia de peatonalizar el entorno de este monumento, declarado Patrimonio de la Humanidad. Apuntó en relación a la reordenación de Barón de Cárcer que si la avenida va a acabar en la plaza del Mercat «debe resolverse con una buena plaza, que permita disfrutar de los monumentos pero al mismo tiempo permita la movilidad de peatones y transporte público». Taberner recordó la importancia que va a tener la plaza de Brujas cuando entre en funcionamiento la nueva estación del metro del Mercat que «será el único acceso en metro al centro histórico».

Como se ha publicado la estación del metro está hecha pero el túnel ferroviario está paralizado por los recortes presupuestarios de la Conselleria de Infraestructuras.

Los vecinos de Ciutat Vella que aplauden la peatonalización de la Lonja critican la reordenación de la avenida Barón de Cárcer y advierten que este proyecto destrozará la avenida porque aumentará el tráfico, la contaminación y el ruido. Los comerciantes, en cambio, aplauden la idea porque entienden que atraerá a más clientela. Confían en que la renovación de esta calle dará un nuevo aire a una zona comercial que había entrado en cierta decadencia. Está por ver si el ayuntamiento conseguirá conciliar los intereses y demandas de todos.