Los tres partidos de la oposición en el Ayuntamiento de Valencia interpretaron ayer el acuerdo de las tres administraciones sobre el Cabanyal como un revés para la alcaldesa Rita Barberá, a quien acusaron de «vender humo» cuando en realidad se confirma la orden del Ministerio de Cultura que paraliza los derribos y se le ordena cambiar su plan del Cabanyal.

El portavoz del grupo municipal socialista , Joan Calabuig, habló de «auténtico varapalo» para el Ayuntamiento de Valencia, a cuya alcaldesa acusó de hacer «propaganda» ante «un intento del Gobierno de deshacer el entuerto creado por Rita Barberá y por el expresidente de la Generalitat Francisco Camps».

Calabuig entiende que la Orden Ministerial que suspendía el Pepri «estaba fundada y continuará vigente tal y como ya avaló la Audiencia Nacional y reiteradamente afirmó el grupo socialista».

Por su parte, el grupo Compromís acusó a la alcaldesa de «vender su derrota» en el Cabanyal «como una victoria» y pidió a Barberá que «se deje de escenificar y hacer teatro a expensas de los vecinos del Cabanyal, derogue el Pepri y de mutuo acuerdo con todos los vecinos del Cabanyal, desarrolle un plan que respete el importante patrimonio del barrio y asegure su futuro y vitalidad».

A juicio de Ribó, la retirada del recurso de inconstitucionalidad «contra la ley que promovió Francisco Camps y avalaba el expolio del Cabanyal» supone una «derrota en toda regla a las pretensiones de Rita Barberá».

Por último, el portavoz del grupo municipal de Esquerra Unida, Amadeu Sanchis, cree que la decisión del Gobierno de retirar el recurso de inconstitucionalidad «no altera para nada la situación del Cabanyal». En su opinión, el conflicto del barrio «sigue bloqueado», puesto que la orden sigue vigente, «tal y como ratificó la Audiencia Nacional en julio del pasado año».