En el Día de Todos los Santos, Valencia amaneció con el reconocible rastro de las fiestas de Halloween impregnado en las calles y las plazas de la ciudad. Tan sólo unas horas después de que centenares de eventuales fantasmas, brujas y vampiros tomaran las zonas de ocio de la capital del Túria, los equipos de limpieza se convirtieron ayer en los grandes protagonistas de la mañana. El servicio municipal de residuos y limpieza del Ayuntamiento de Valencia recogió un total de 11 toneladas de residuos procedentes de los festejos celebrados a lo largo de toda la noche, algo más del doble de la cantidad de basura con la que se toparon el año pasado los empleados municipales. En 2012, los servicios de limpieza «sólo» retiraron cinco toneladas de residuos.

Los enclaves en los que la juerga nocturna más se ha dejado notar han sido los lugares que registran mayor frecuencia de paso, como la plaza de la Virgen, la plaza de la Reina y también el barrio del Carme. De hecho en estos emplazamientos se han concentrado la mayoría de las actuaciones policiales.

En este aspecto, tal como ayer informaron fuentes consistoriales, la Policía Local de Valencia decomisó en la noche de Halloween cerca de 2.750 recipientes de bebidas alcohólicas, en su intento de evitar la celebración de «botellones» en la vía pública. La vigilancia policial se reforzó con 450 agentes en las zonas más proclives a escenificar estas concentraciones: Ciutat Vella, el barrio de San José, el entorno de la plaza España y la zona de Tarongers.

Atención por intoxicación etílica

Sin embargo, la fiesta estuvo regada de alcohol, o al menos eso se desprende de las veinte atenciones que tuvieron que prestar los agentes policiales por intoxicación etílica. Esta veintena de personas tuvieron que ser trasladadas para poder recibir el tratamiento correspondiente por los servicios sanitarios.

Por otro lado, durante la intensa velada, la Policía Local, coordinada con la Policía Nacional y la Policía Autonómica, realizó dos detenciones. Una de ellas fue tras el arresto de una persona por conducir con una tasa de alcohol superior a la permitida por la ley, mientras que la otra se debió a un intento de robo en la calle por medio de un «tirón». Además, los policías colaboraron en seis servicios de carácter «humanitario».

Por lo demás, la noche transcurrió, según fuentes municipales, «sin que se registraran incidentes destacados y siendo la tranquilidad la nota dominante». Un hecho que contrasta con la noche de Halloween del año pasado, cuando cuatro contenedores ardieron en la avenida de la Constitución y se detectaron tres reyertas.