La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, aseguró ayer que tanto el Plan del Cabanyal como la orden ministerial que lo bloquea pueden adaptarse para que sus planes en el barrio sigan adelante, incluida la prolongación de la Avenida Blasco Ibáñez. Quiere hacerlo "pasito a pasito" y sin amenazar a nadie, como, según dice, han hecho los miembros de Salvem el Cabanyal al asegurar que irán a los tribunales si no se respeta esa orden.

Consciente de que tras la rueda de prensa del viernes, en la que se anunció la retirada del recurso de inconstitucionalidad y la derogación de la ley autonómica que lo provocó, se hicieron numerosas y muy diversas interpretaciones de la situación, Barberá apuntó que éstas se hacen "según la conveniencia de cada uno", aunque le hace "mucha gracia" escuchar "a aquellos a los que les interesa por alguna razón" decir que con este acuerdo ha recibido "el gran varapalo del Gobierno" y que ha "vendido o manipulado como un triunfo una derrota".

También envió un mensaje a Salvem el Cabanyal al asegurar que cuando anunció estas medidas no amenazó a nadie. "Yo no he amenazado a nadie. Yo no he levantado la voz contra nadie y vuelve la violencia por parte de los que siempre han recurrido a la violencia de palabra y de actitud", dijo.

Tras ello, la alcaldesa aseguró que va a "seguir trabajando pasito a pasito, con tranquilidad" por el barrio, "evidentemente con la mayoría de los vecinos, que son los que viven allí, los que quieren el proyecto y llevarlo" adelante. Preguntada por la prolongación de la avenida Blasco Ibáñez hasta el mar, la responsable municipal declaró que el proyecto sigue vivo. A su juicio, es posible adaptar tanto el Plan del Cabanyal como la orden ministerial para que eso sea posible.

Y si en el ayuntamiento seguía el debate sobre el futuro del barrio, en las Corts se activaba un cruce de declaraciones entre los líderes del PSPV y el PP. Por los socialistas, Ximo Puig calificó de "burda maniobra" todo lo que ha rodeado a la Orden Ministerial sobre el Cabanyal, y aseguró que ha sido una "gran derrota" del PP, de la alcaldesa de Valencia y de la Generalitat.

Puig explicó que tanto Barberá como el Gobierno valenciano "utilizaron el Cabanyal para desunir a los valencianos", para "enfrentar" a la gente del barrio y para "sacar unos cuantos votos".

La necesidad de aptar el plan a la orden ministerial sería, por tanto, una "gran derrota", ya que lo que ahora "se vende" como éxito es "derogar la ley que finalmente el Gobierno de la Generalitat había planteado para apoyar a Barberá". Para Puig, el PP "está en un teatrillo que lo único que trae es frustración, retraso a un barrio y volver a empezar".

En respuesta a las palabras del líder socialista, el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, destacó ayer "el camino de consenso y diálogo" iniciado.

"El señor Puig aprovecha cualquier circunstancia para criticar las políticas que hace el PP", dijo el también presidente del PPCV, quien destacó que "a pesar de lo que iba diciendo Puig, el Partido Popular consiguió mayoría absoluta en ese barrio".

Preguntado por si considera una victoria que se derogue la Ley 2/2010 de la Generalitat, Fabra respondió que "es un camino de consenso y de dialogo", similar al "aplicado ya en otras ocasiones, como en el tema del agua". "Con la misma sensibilidad y anteponiendo los intereses de los ciudadanos, vamos a seguir colaborando en un tema tan delicado como es el del Cabanyal. Lo importante es que en estos momentos se apueste más por el dialogo que por la confrontación", dijo.