Las oficinas del Cementerio General de Valencia han recibido la denuncia de José, un vecino de la Cruz Cubierta que después de colocar flores nuevas en la lápida de su padre el pasado 27 de octubre pudo comprobar con sus propios ojos como el 1 de noviembre ya habían desaparecido del nicho.

"Estoy harto. Ya es la segunda vez que me pasa", asegura este vecino de Valencia, que ha plasmado su hartazgo en una reclamación. En ella, José denuncia el hurto continuado de sus flores en el camposanto. "Sé que le pasa a más gente, a la que le desaparecen las flores a los pocos días de ponerlas, pero como muchos de los que van al cementerio son mayores, la mayoría se resigna y no se queja", advierte José.

Aunque señala que no tiene pruebas de la autoría del robo y por ello no puede acusar a nadie, en el punto de mira están los "voluntarios" que cobran por asear y adornar los nichos de terceros. "Me han dicho que hay catorce cámaras de vigilancia instaladas en el cementerio, pero sólo se observan los pasillos principales, por lo que no se puede ver todo", explica José, enfadado.