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"No recuerdo la última vez que baldearon"

Las calles del centro de Valencia están cada vez más sucias debido a los recortes en limpieza, que se mantendrán en 2014

Los recortes en el servicio de limpieza se están notando con intensidad en toda la ciudad. Si primero fueron los barrios los que lo sufrieron de forma más evidente, es ahora el centro el que empieza a mostrar su peor cara, con aceras, calles, plazas, escaleras, mobiliario urbano y señales en un estado «más que lamentable», sobre todo por la falta de baldeo. «Yo no me acuerdo la última vez que pasaron», dijo en este sentido un comerciantes de la céntrica calle Don Juan de Austria.

Los recortes en el servicio de limpieza han sido paulatinos en los últimos tres años. De los 70 millones que se presupuestaron en 2009 se ha pasado a 54 este ejercicio y a una cifra similar para el año que viene, tal como han avanzado los responsables municipales. Se trata del mismo presupuesto que en el año 2002, cuando había menos espacios verdes y todavía no se había producido el estallido turístico de los últimos años.

Ya desde un primer momento las contratas de limpieza (hay tres en Valencia) se quejaron de ese recorte, pues según sus cálculos, la ciudad necesita 71 millones para estar en óptimas condiciones, 17 más de los previstos por el equipo de Gobierno municipal. Es más, a principios de este año al menos una de las empresas (FCC) aprobó un Expediente de Regulación de Empleo y todas abandonaron algunos servicios habituales, el principal de ellos el baldeo de las calles, es decir, la limpieza con agua a presión.

También cuando se aprobó el presupuesto de 2013 con seis millones menos „se pasó de 60 a 54„ desde las asociaciones de vecinos y desde la oposición se advirtió de que esto podía pasar.

La ciudad se iguala por abajo

En principio, los más afectados por este problema fueron los barrios. De hecho, la mayoría de quejas que llegan al ayuntamiento son por este asunto. Pero ahora, a medida que pasa el tiempo, los recortes, aunque sean menores, se empiezan a notar también en el centro de la ciudad.

Especialmente afectadas están las calles comerciales o con abundante presencia de restaurantes. En este sentido, la calle Don Juan de Austria y la calle Ribera se llevan la palma.

Uno de los comerciantes de la primera explicó que la situación empeora por días. «Ya no me acuerdo de la última vez que baldearon», dice, de manera que la calle «está hecha un asco». «Los restaurantes limpian lo que les toca, el problema es que el ayuntamiento no limpia lo que hay que limpiar y es una pena», añadió otro vecino de la misma zona.

En la calle Ribera, por ejemplo, se nota que las máquinas limpiadoras pasan por allí, pero se nota sobre todo por la raya que queda marcada en el suelo, que evidencia la suciedad que hay en los lugares adonde no llega.

Lo mismo ocurre en la Plaza de la Virgen, Plaza de la Reina, Plaza del Ayuntamiento o San Vicente. Incluso en la recién rehabilitada Plaza Redonda se echa de menos el paso de los servicios municipales. Su suelo ya no está a la misma altura del conjunto.

Mención especial merecen los elementos de mobiliario urbano, sobre todo maceteros y papeleras. En los alrededores de estos elementos se amontona la suciedad, bien porque con frecuencia se desbordan, las segundas, bien porque las máquinas no pueden pasar entre los primeros.

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