La actual presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Valencia, María José Broseta, presentó ayer su candidatura a la reelección con una lista en la que predomina la experiencia y que incluye cuatro caras nuevas, entre ellas la de la exconcejala socialista Carmina del Río.

Aunque el plazo para presentar candidaturas finaliza mañana, todo parece indicar que la de María José Broseta, hecha oficial ayer, será la única candidatura para la presidencia de la federación, lo que haría innecesario celebrar las elecciones previstas para el próximo 10 de diciembre.

No será, sin embargo, la misma lista que ha estado liderando el movimiento vecinal en los últimos tres años. La propia Broseta anunció la incorporación de cuatro caras nuevas en una terna de 13 personas, diez titulares y tres suplentes que, en la práctica, asumirán funciones por igual. Se trata de Tania Cortés, de la Asociación de Vecinos de Malilla; Paco Marín, de San Marcelino; Daniel Herrero, de Devesa-Fuente de San Luis; y Carmina del Río, de la zona de Woody (Avegas).

En la próxima asamblea, además, se nombrará a una serie de «colaboradores» que no están en la dirección pero que tienen parte activas en las decisiones, tal como se ha venido haciendo en los últimos años. En esa situación podrían encontrarse líderes vecinales como Sol Romeu (Amistad) o Julio Moltó (Nazaret).

Tanto de los que repiten como de los nuevos, Broseta destacó su experiencia en el trabajo vecinal, su «solidaridad» con los barrios en los que viven y su «visión general de la ciudad». No se valora en estos casos, su posible perfil político. «Aquí nadie pregunta a quién vota cada uno», dice. Y desde luego, «en la federación no somos correa de trasmisión de ningún partido político», prueba de lo cual sería el hecho de que sus actuaciones «son criticadas en ocasiones por unos partidos y en ocasiones por los contrarios». «Nosotros tomamos una postura en la asociación y con eso vamos a todos lados», precisa la dirigente vecinal.

En la actualidad, la ciudad de Valencia cuenta con 75 asociaciones de vecinos, cada una de las cuales aporta tres votos en las elecciones de la federación. Estas elecciones, que a la vista de la situación seguramente no precisarán de votación, se consideran vitales para el movimiento vecinal, pues uno de los grandes problemas de la política actual es la desconexión de los barrios y de las necesidades de los ciudadanos.