El grupo Municipal Socialista presentará 28 enmiendas a los tributos municipales del año que viene para que sean más fáciles de pagar, más garantistas, más justos con los que menos tienen y ayuden a salir de la crisis y el paro. Así lo anunció ayer su portavoz, Joan Calabuig, quien propuso también aumentar la tasa de los cajeros automáticos y cobrar el IBI de los inmuebles de las confesiones religiosas no dedicados al culto.

Tres son los objetivos planteados por el grupo socialista. El primero es que los ciudadanos puedan pagar sus impuestos de acuerdo con su disponibilidad económica. Para ello propone que el ayuntamiento expida a principios de año un documento con todos los impuestos que se pondrán al cobro ese ejercicio y que los ciudadanos decidan si lo pagan en «uno, dos o nueve meses», bajando el límite de fraccionamiento a 100 euros y mensualidades de 20 euros. Así mismo, sugiere que el tiempo de reclamación sea de dos meses y no de 15 días, lo que da mayores garantías jurídicas a los contribuyentes.

El segundo punto tiene que ver con la progresividad de los tributos, es decir, que paguen más los que más tienen. En este sentido, Calabuig propone bonificaciones en el IBI para las familias con pocos ingresos, familias numerosas, monoparentales, discapacitados, jubilados con pensiones bajas etc. No propone eliminar la subida «provisional» del 10% de este impuesto, pero sí ajustar su pago mediante bonificaciones, medida que también se aplicaría en el impuesto de vehículos con el añadido de premiar a los coches no contaminantes.

Por último, Calabuig, que estuvo acompañado del concejal Pedro M. Sánchez, propuso medidas que favorezcan la rehabilitación de viviendas y ayuden a crear empleo. Una de estas medidas sería bajar el Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) del 4 al 1 por ciento para las obras menores y de rehabilitación de viviendas. También se bonificaría un 20% cuando se rehabiliten locales y se generen al menos dos puestos de trabajo.

Fuera de estos tres grandes bloques, Calabuig defendió una subida de las tasas a los cajeros automáticos, que ahora están entre 500 y 600 euros y que a su juicio deberían superar los 800. Y Pedro M. Sánchez anunció también una nueva tasa por ocupación de dominio público en todo el municipio que afectaría a las grandes empresas eléctricas, telefónicas o gasísticas que hay fuera del casco urbano. En consonancia con un informe elaborado por la Diputación de Valencia, estas empresas deberían pagar una tasa por sus instalaciones y también por el cableado, por ejemplo.