El pronóstico de Vicente Caballer de unas Fallas sin "mascletades" ni castillos refleja la dependencia económica de la industria pirotécnica de los productos catalogados como "uso propio", es decir, los fabricados por las pirotecnias para ser "autoconsumidos" por ellas mismas en los espectáculos.

La última orden del Ministerio de Industria prohíbe la utilización de este tipo de artefactos si antes no se han adecuado las instalaciones de la empresa a lo que marca el reglamento, algo que la mayoría todavía no ha hecho debido a la delicada situación financiera que atraviesa el sector y también porque en la norma se da un plazo de tiempo hasta 2020 para acometer las obras. Lo que se ordena a las pirotecnias con los talleres sin adaptar es fabricar o comprar productos con el certificado CE. Estos artefactos, a diferencia de los de "uso propio", deben superar completos exámenes de calidad y seguridad antes de que su uso se autorice, y por esa razón son mucho más caros y más costosos de producir.

Gran parte de las pirotecnias valencianas, sobre todo las que no se dedican a la exportación, disparan productos para "uso propio" fabricados en sus propios talleres. Si el Ministerio les obliga a tener que producirlos o importarlos con el certificado CE, desde el gremio se asegura que los empresarios no dispondrán de los suficientes recursos para afrontar la nueva situación, y se verán empujados a cerrar la persiana.