La llamada Calle Mayor del Museo de las Ciencias Príncipe Felipe amaneció ayer salpicada de cubos de plástico colocados allí por los servicios de limpieza para recoger el agua que cae del techo. Y es que esta emblemática obra de Santiago Calatrava, buque insignia de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, tiene problemas en las juntas de la gran «cascada» de cristal y deja entrar el agua cuando llueve, algo que ya ha pasado en otras ocasiones y que se repite en su hermana, el Ágora.

La docena de cubos que se colocaron ayer estaba concretamente junto al conocido Péndulo de Foucault. Había incluso dos cubos dentro de esta instalación, que es una de las grandes atracciones del museo, lo mismo que la representación de la cadena de ADN que hay a escasos treinta metros de allí.

Fuentes de la Ciudad de las Artes y las Ciencias (Cacsa) aseguraron que las filtraciones son mínimas y que los cubos daban una sensación que no se correspondía con la realidad. Aún así, admitieron que hay filtraciones desde la cubierta frente a las cuales todo lo que se puede hacer, precisaron, es esperar a que se realicen los periódicos trabajos de mantenimiento y se refuercen las juntas dañadas.

Las goteras del Museo de las Ciencias Príncipe Felipe aparecieron por primera vez en octubre de 2011 coincidiendo con la celebración del Open 500 de Tenis. Es más, la lluvia caída aquellos días provocó también goteras en el Ágora, que es el lugar donde se coloca la pista central de esta competición internacional.