La Catedral de Valencia acogió ayer, por segundo año consecutivo, la interpretación del Cant de la Sibila, un drama medieval paralitúrgico que se escenificaba hasta el siglo XVI en la noche de Navidad en las catedrales de la antigua Corona de Aragón y que el año pasado fue recuperado para la Seo después de cinco siglos.

Un total de 38 personas participaron en la representación, entre ellos, 12 actores ataviados con indumentaria histórica, 16 miembros del Cor de la Generalitat, ocho músicos del grupo valenciano Capella de Ministrers, que han empleado como instrumentos las réplicas de los que fueron pintados en 1472 en los frescos de los ángeles músicos del altar mayor de la Catedral y dos solistas.

También intervino un niño solista del grupo coral de la Escolanía de la Virgen de los Desamparados, Alejandro Espina, natural de la localidad valenciana de Albalat dels Sorells, que cantó desde el púlpito, junto a la también joven solista Pilar Esteban.