Vecinos, partidos políticos y otras entidades sociales boicotearon ayer las reuniones de las siete Juntas Municipales de distrito en protesta por el horario y la falta de tiempo para presentar propuestas. Lo consideran una «maniobra» del PP para «torpedear la participación ciudadana» y de ahí que se ausentaran de las reuniones y sacaran tarjetas rojas a los respectivos presidentes. También hubo alusiones a la corrupción y peticiones de elecciones anticipadas.

El origen de estas convocatorias hay que buscarlo en el debate sobre el estado de la ciudad celebrado el pasado 23 de octubre. Aquel pleno resultó «frustrante« por el formato y por la no intervención de la alcaldesa Rita Barberá, por lo que el Grupo Municipal Socialista, apoyado luego por Compromís y EUPV, decidió prolongar su iniciativa en las siete juntas municipales de distrito planteando debates extraordinarios para tratar la situación de cada barrio.

Y la respuesta del equipo de Gobierno, en concreto la del concejal Ramón Isidro Sanchis, fue poner todas las juntas extraordinarias a los 4 de la tarde de ayer y una hora después celebrar los plenos ordinarios correspondientes al último trimestre el año.

Para los vecinos y para los partidos, un debate a las 4 de la tarde impide la presencia de muchas personas que trabajan. Y por lo que se refiere al pleno ordinario, que siempre se celebra la tercera semana del mes, adelantarlo a la segunda les ha impedido presentar propuestas.

Así las cosas, los participantes en las junta decidieron expresar su protesta faltando a una de las citas o a las dos, según constató el Grupo Socialista, que al igual que los otros dos grupos de la oposición tuvieron representantes en todas las reuniones.

En la Junta extraordinaria de Patraix relataron el concejal Ramón Isidro Sanchis negó la palabra a los partidos y las asociaciones , por lo que éstas abandonaron la reunión tras hacer constar su protesta. Al final hablaron los partidos por «una cuestión de orden»

También en la junta de Tránsitos las asociaciones vecinales, los representantes del 15-M y otras entidades sociales decidieron no asistir a ninguno de los debates y criticaron a los partidos por asistir a la junta extraordinaria. Éstos lo justificaron por haber sido ellos los que lo habían pedido, pero boicotearon la junta ordinaria que se celebró después.

En Exposición y en Russafa, el tiempo de participación se redujo a la mitad del pactado y en Ciutat Vella no se permitió la participación de los vecinos, por lo que también abandonaron la junta en señal de protesta.

En Abastos, los ciudadanos particulares sí pudieron participar y aprovecharon para pedir un cambio en el reglamento de las juntas de distrito. Eso no impidió, de todas formas, que al final abandonaran la sala junto con la oposición, que hizo constar su queja por el bloqueo al debate.

Finalmente, en el Marítimo, el único distrito donde la junta ordinaria se convocó a las 19 horas, tanto partidos como asociaciones boicotearon la reunión de las 4 de la tarde. EUPV retiró incluso la moción que había presentado y miembros del 15-M mostraron carteles con críticas a la gestión del PP, calificativos como «ladrones» y peticiones de elecciones anticipadas.

En general, fue una tarde de protestas por la merma de participación ciudadana y la ausencia de debate, una actitud del PP que los socialistas atribuyen al hecho de que ya no tengan «nada que ofrecer a los vecinos de Valencia». «No tiene ningún proyecto para reactivar la economía, crear empleo, mantener los equipamientos públicos y, en definitiva, mejorar la calidad de vida de los vecinos de la ciudad», aseguraron al término de las juntas.

Ramón Isidro Sanchis no quiso hacer declaraciones a este periódico.