La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha detectado un ligero incremento del nivel de agua de la Albufera, subida que el concejal del Ayuntamiento de Valencia Vicente Aleixandre cuantifica entre 10 y 14 centímetros, lo que sería casi la mitad del déficit acumulado. A falta de lluvia o aportaciones desde los embalses del Júcar, todo parece indicar que la recuperación se debe a las aportaciones realizadas desde la depuradora de Pinedo y el Canal del Turia.
Hace apenas tres semanas, el lago se encontraba entre 33 y 38 centímetros por debajo de su nivel habitual en esas fechas, cuando la denominada «perellonà» (aportes naturales del entorno de la Albufera) llena el lago e inunda los campos. Así al menos lo denunció el Ayuntamiento de Valencia y lo constató la propia CHJ, que ya venía haciendo seguimiento del problema desde principios del otoño.
Pues bien, tres semanas después esa situación va remitiendo «muy poco a poco», dijeron fuentes de la confederación, que aseguran, no obstante, que «aún hay muchos campos que no están inundados». El problema, insisten las fuentes, es la ausencia total de lluvias, un fenómeno natural que no puede compensarse, insisten, con desembalses extraordinarios en el Júcar, algo que no está contemplado, además, en la normativa actual.
Planes alternativos
Todo parece indicar, por tanto, que la recuperación de las últimas semanas tiene otra procedencia. Vicente Aleixandre, que se dirigió en primer término a la CHJ para que hiciera aportaciones extra de caudal, cree que la causa son los envíos realizados desde el Canal del Turia, que se ofreció a dar su agua sobrante, y desde la depuradora de Pinedo, que prácticamente había eliminado los aportes y que a raíz de la denuncia del Ayuntamiento de Valencia reanudó los envíos de agua limpia.
A día de hoy, Aleixandre cree que el nivel la Albufera ha crecido entre 10 y 14 centímetros, lo que lo sitúa a unos 3 centímetros de la «cota cero» o nivel del mar. Faltaría, en cualquier caso, al menos otro tanto de subida para poder hablar de normalidad, porque tal como dijeron las fuentes de la Confederación Hidrográfica del Júcar, hay muchos campos que aún no se han podido inundar.
Según Aleixandre, la zona más afectada es la más cercana a Pinedo, aunque «si la cosa sigue así es posible que a finales de año estemos bien», dijo.
La popular «perellonà» tiene lugar oficialmente entre el 1 de noviembre y el 31 de diciembre, aunque al tratarse de un fenómeno natural sólo son fechas aproximadas. La crecida del nivel de agua sirve para inundar los campos tras la cosecha y propiciar una nueva siembra, además de eliminar plagas y facilitar la cría de invertebrados de los que luego se alimenta la fauna.
