El Palacio de Congresos de Valencia ha pasado en apenas un año de programar una ampliación de 24 millones de euros que pagarían con fondos propios a tener números rojos y solicitar del Ayuntamiento de Valencia más de un millón de euros para cubrir las pérdidas. Así consta al menos en la liquidación del presupuesto de 2013 que se aprobará en el Consejo de Administración del próximo lunes, una liquidación que muestra un descenso de actividad, dificultades para el cobro y pérdidas a final de año.

Según la información difundida ayer por el portavoz de Esquerra Unida en el Ayuntamiento de Valencia, Amadeu Sanchis, los ingresos derivados de la celebración de congresos ascendieron en 2013 a 1,8 millones de euros, es decir, un 52% de los 3,5 millones previstos en los presupuestos de la entidad. Es más, de ese dinero liquidado, están pendientes de cobro 569.853 euros, lo que aumenta la penuria económica de la entidad.

Con esos datos básicos, el balance global del presupuesto a 31 de diciembre sólo podía ser negativo. Mientras que los derechos reconocidos, es decir, lo facturado, sumaba 3,6 millones de euros, las obligaciones reconocidas, es decir, lo que había que pagar, ascendía a 4,7 millones. El resultado, por tanto, son unas pérdidas superiores al millón de euros, una cantidad que ahora, además, deberá poner el Ayuntamiento de Valencia.

Y es que para cubrir el remanente negativo de tesorería, el presidente del Palacio de Congresos y vicealcalde de Valencia, Alfonso Grau, también presentará en el Consejo de Administración de la semana que viene una propuesta para que el consistorio aporte 1.137.752 euros a las arcas de la entidad y se equilibren sus cuentas. Está en los estatutos del consorcio y así será aprobado seguramente por la mayoría del PP.

Para Amadeu Sanchis el balance de 2013 «confirma lo que desde Esquerra Unida hemos venido planteando en los últimos dos años, es decir, que si bien la carga de actividad del Palacio de Congresos consiguió en 2011 no cerrar el volumen de ingresos con cifras negativas, ya se evidenció cómo en el 2012 empeoraron las previsiones y también la recaudación, y esta tendencia se ha confirmado en 2013, año en el que la actividad de organización de congresos ha continuado estando afectada por la crisis económica».

Pero va más allá. «Todo esto demuestra dice Sanchis que la gestión económica está siendo negativa, que buena parte de los objetivos que se habían fijado no se están cumpliendo y, en definitiva, que el Palacio de Congresos es una muestra más de los fallidos grandes proyectos que se han realizado en la ciudad de Valencia».

Entrar en razón

Y es que la dirección del recinto ha mantenido vivo hasta hace apenas un año un proyecto de ampliación que costaba 24 millones de euros y que iba a ser financiado con los beneficios de la propia entidad. Se trataba de construir un edificio gemelo, algo más pequeño, cuyo diseño se encargó, como el primero, al prestigioso arquitecto británico Norman Foster, al que ha habido que pagarle ese primer trabajo.

Sólo después de recibir importantes críticas de la oposición y el empresariado por tratarse de un proyecto innecesario hay otros recintos municipales como Feria Valencia que podían cubrir esa demanda y arriesgado precisaba de un crédito de 20 millones y tras avistar la fuerte caída de actividad de la entidad, se decidió aparcar la ampliación con la expectativa de retomarla cuando los tiempos cambiaran.