El Ayuntamiento de Valencia ha firmado seis créditos bancarios por valor de 71,5 millones de euros para pagar a los proveedores y acercarse a las todavía lejanas exigencias del Gobierno en cuanto a morosidad. Con esta novedosa operación, además, se ahorrarán 600.000 euros en intereses, ya que la demora en las facturas se paga más cara que los préstamos bancarios a corto plazo.
Según el expediente al que ha tenido acceso este periódico, en el primer semestre del año siempre se produce «un desfase entre ingresos y gastos» que ocasiona déficits de tesorería. Concretamente, el ayuntamiento tiene problemas para pagar a sus proveedores mientras no cobre el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), que genera unos 200 millones de recaudación y que no se cierra hasta el mes de abril o mayo.
Para salvar ese desfase, el concejal de Hacienda, Silvestre Senent, propuso al equipo de Gobierno municipal, de manera «puntual», pedir créditos por valor de 71,5 millones de euros para pagar las facturas en estos primeros meses del año y devolverlos dentro de cinco meses, cuando los problemas de tesorería estén resueltos. «Con ello se consigue por un lado dice la Concejalía minimizar el perjuicio que supone para los proveedores el retraso en los pagos» y por otro «mejorar los actuales ratios de morosidad y aproximarse, en la medida de lo posible, a los plazos que se establecen en la Ley de Contratos del Sector Público». Y es que si la ley obliga a pagar las facturas en treinta días, el Ayuntamiento de Valencia no consiguió a lo largo del año pasado bajar de sesenta.
Por otra parte, esta operación financiera, que no computa para la deuda general del ayuntamiento, permite ahorrar en intereses, pues la demora en los pagos a proveedores se penaliza con un 8,5% de interés (lo fijó el Gobierno en el último semestre de 2013) y los bancos han concedido los créditos al menos tres puntos por debajo de esa cifra.
En concreto, se ha firmado un préstamo de 20 millones de euros con el Banco de Santander a un interés de euríbor más 2,15%; el de La Caixa es de 10 millones a euríbor más 3,15%; el del Banco de Sabadell, son 11,5 millones al 3,25 fijo; el del BBVA es de 10 millones a euríbor más 3,50%; el de Cajamar suponen 10 millones a euríbor más 3%; y el de Bankia, el más caro, es de 10 millones a euríbor más el 4%.
Esa diferencia puede suponer para las arcas municipales un ahorro de 600.000 euros en la partida de intereses, que el año pasado se situó en 7 millones a final de año.
Apoyo a los proveedores
Según explicó ayer Silvestre Senent, en estos momentos «no se puede esperar a cobrar el Impuesto de Bienes Inmuebles para pagar a los proveedores». Lo que sí se puede hacer es pedir un crédito a cinco meses «con la garantía del cobro del IBI», que es lo que ha ocurrido.
De esta forma se acercan al cumplimiento de la ley de morosidad y se minimiza el perjuicio a las empresas, sobre todo en tiempos de falta de liquidez. De hecho, según explicó Senent, a día de hoy ya se han abonado 62 de esos 71,5 millones de euros a los proveedores. Sólo quedan pendientes las expropiaciones, dijo el concejal de Hacienda, que aseguró que la cuenta 413, la que recoge las facturas reconocidas y pendientes de paso, «se ha quedado prácticamente a cero».
Si en ocasiones anteriores no se hicieron operaciones de este tipo para paliar los problemas de tesorería fue, según Silvestre Senent, porque las condiciones de los bancos eran distintas. Este año, sin embargo, «hemos hecho cuentas, hemos visto los tipos de interés y hemos firmado los créditos. Digamos que se han puesto a tiro», explicó el concejal de Hacienda.
