El colectivo Salvem el Cabanyal, contrario al proyecto urbanístico del Ayuntamiento de Valencia para la prolongación de la avenida de Blasco Ibáñez hasta el mar, celebró ayer una asamblea general para plantear nuevas propuestas ante el retraso de las administraciones a la hora de buscar una solución al barrio y adaptar el plan especial de protección a la orden ministerial que lo declara expolio.

En la asamblea, se anunció la convocatoria de una manifestación por el barrio para el próximo 6 de abril, coincidiendo con el aniversario de las cargas policiales contra los vecinos que intentaron parar los derribos en 2010, en la que se reclamarán las inversiones que necesita el barrio. «Queremos que sea una manifestación reivindicativa, festiva y unitaria», explicó el dirigente vecinal Faustino Villora, quien recalcó que «es necesaria la unidad de todo el barrio para exigir las inversiones que necesitamos», entre ellas, el instituto de secundaria y un centro de mayores.

Salvem el Cabanyal hizo un llamamiento a la movilización a los vecinos ante lo que consideran un incumplimiento por parte de la Generalitat, el Gobierno y el ayuntamiento de Valencia de los plazos para la revisión del Pepri. E

l pasado mes de noviembre, Gobierno y Generalitat crearon una comisión bilateral para dar una solución al Cabanyal. Las administraciones se comprometían a estudiar, junto con el Ayuntamiento de Valencia, las fórmulas que permitan promover una adaptación del Pepri que garantice la protección de los valores histórico-artísticos del barrio como planteó la orden ministerial de 2009 que declaró el Pepri expolio.

El calendario fijado se ha incumplido y los vecinos creen que el ayuntamiento quiere continuar con su «estrategia de mantener paralizado el barrio, sumiéndolo en la inactividad y la degradación». El ayuntamiento mantiene bloqueadas desde hace cuatro años las licencias de obras y actividad en el barrio en aplicación de la citada orden del ministerio de Cultura.

La presidenta de Salvem el CAbanyal, Maribel Doménech, hizo alusión al manifiesto aprobado por el colectivo para reclamar la redacción de un nuevo plan urbanístico para el Cabanyal basado en la participación ciudadana.

«La prolonación está muerta y hay que enterrarla», remachó Villora quien aseguró que el Cabanyal debe ir conjuntamente con todos los barrios del litoral para demandar una ordenación conjunta de todo el frente marítimo.

En la asamblea el arquitecto Tato Herrero presentó la alternativa de Salvem el Cabanyal al Pepri, denominada «Prolongar el Cabanyal» y basada en mantener la estructura del barrio con su peculiar alineación de calles en paralelo al mar, que hace posible que sea un barrio «muy soleado y ventilado, algo raro en un centro histórico». Herrero hizo un repaso por los orígenes del barrio y aseguró que todos los urbanistas han abordado el Cabanyal «del centro a la periferia» como si el barrio fuera un muro que hay que penetrar. La estrategia que Salvem el Cabanyal propone es la de integrar el barrio de abajo arriba consolidando y extendiendo su particular urbanismo.