El plan especial de protección de entornos monumentales de Ciutat Vella que está tramitando el Ayuntamiento de Valencia prevé la descatalogación de dos edificios situados en los números 2 y 3 de la plaza Conde del Real para ampliar el palacio Escrivá de Romaní, un edificio declarado Bien de Interés Cultural, que alberga la colección privada de arte Serra de Álzaga.

La propuesta de descatalogación de los edificios, definidos como «caballerizas» y protegidos en el PGOU con nivel 2, la ha hecho Ramón Sierra de Álzaga y va acompañada de un informe técnico firmado por el arquitecto José María Lozano que asegura que la protección de las caballerizas en el Pepri de la Seu-Xereano está justificada. Según Lozano, los edificios carecen de valor histórico recuerda que incluso en la normativa anterior al PGOU del 1988 se iban a derribar y se encuentran en mal estado de conservación.

El arquitecto propone sustituir las caballerizas por un edificio de nueva planta con planta baja y tres alturas donde poder reubicar la colección de arte, que con frecuencia se trasladada para exposiciones temporales. La ampliación permitiría crear una nueva entrada trasera con un amplio espacio de carga y descarga para palacio para que las obras de arte «puedan ser movidas con comodida y sin peligro».

El Palacio Escrivá de Romaní, cuya fachada principal recae a la plaza San Luis Beltrán, antigua plaza del Almudín, es un ejemplo notable del gótico civil valenciano. Fue adquirido en 1967 por los padres del actual propietario para evitar su degradación y derribo y para utilizarlo como residencia familiar y alojamiento de las obras de arte de su propiedad (la colección Serra de Álzaga). La restauración realizada entre 1974 y 1987 bajo la dirección de los arquitectos Joaquín de Ros y Luis Gay fue reconocida con el premio Europa Nostra en 1991, que entregado personalmente por la reina Sofía.

El ayuntamiento acepta la modificación del planeamiento para ampliar el palacio pero la condiciona a una compensación a favor del consistorio por el aumento de la edificabilidad en la Seu-Xerea. El ayuntamiento, sin embargo, no concreta en la documentación a la que ha tenido acceso este diario qué tipo de compensación se exigirá al dueño del palacio.

El ayuntamiento también exige al dueño del palacio que promueva ante la Conselleria de Cultura una declaración complementaria del BIC para incluir la nueva parcela construida. Exige además una propuesta museológica que justifique la necesidad de la ampliación del BIC.

El edificio de la ampliación constará de planta baja con acceso, cochera y almacén, primera planta para oficinas, segunda plata para exposición de mobiliario y pintura y una tercera planta destinada a biblioteca.

Las caballerizas del siglo XVIII que se derribarán fueron, según la ficha del catálogo de bienes protegidos del plan de Ciutat Vella, zona de servicio y caballerizas anexas al palacio de Escrivá.