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Fallas y luces desde un «dron»

Artefactos como el incautado en Russafa requieren de licencia y seguro, aunque no hay normativa

Instantánea de la calle Sueca tomada en la mañana de ayer desde el «dron» del grupo De Cagna. de cagna

A 120 metros de altura, las miles de bombillas que decoran la demarcación de Sueca-Literato Azorín brillan con otra intensidad. La compañía De Cagna, la responsable de realizar el diseño y el montaje de la iluminación de esta comisión vigente campeona en la categoría de adornos luminosos hizo volar esta semana su particular «dron» para observar a vista de pájaro, casi de águila, la compleja estructura que este año forman las luces de la falla.

Los técnicos de esta empresa italiana se vieron obligados a guardar el aparato el pasado miércoles, cuando la Policía Local les avisó de que no podían utilizarlo porque carecían de los permisos oportunos para sobrevolar la calle Sueca y sus aledaños tomando fotografías y grabando vídeos, ya que ello podría conllevar una violación de la intimidad de los vecinos. Sin embargo, el jueves la pequeña nave del grupo De Cagna surcó de nuevo el cielo del barrio obteniendo planos imposibles del espectacular esqueleto luminoso.

En la imagen capturada se puede contemplar la distribución global de las bombillas, con la que un año más se pretende competir por el primer premio en cuanto a la iluminación fallera.

Ante el vacío legal

Desde el Ayuntamiento de Valencia se afirma que no existe una regulación ni ordenanza concreta sobre este tipo de objetos voladores. Se trata de un fenómeno novedoso del que se destaca que no hay antecedentes en los que apoyarse. Lo más parecido son las maquetas que se hacen volar en el cauce del río o en la playa, actividad para la que no existen grandes trabas. No obstante, en este caso se añade un factor clave: la capacidad de tomar y reproducir fotografías mediante el vuelo de estos dispositivos. Eso podría traspasar, en algunos casos, los límites de la intimidad de los vecinos o los peatones que circulan por la calle. En este sentido, se apunta que las fotos y las imágenes de enfoque general, como las que muchas veces se realizan en la «mascletà», no conllevan problemas legales. Otra cosa sería que se diferenciaran rostros concretos o el interior de las viviendas, puesto que en ese instante se estaría vulnerando el derecho a la privacidad y, por tanto, las fotos podrían derivar en contenciosos de carácter judicial.

Por su parte, desde la Policía Local de Valencia se advierte que estos «drones» necesitan de una licencia de actividad en la que se describa si tienen ánimo de lucro, cuál es su función, qué capacidades y características posee, etcétera. Además, los responsables de dicho utensilio volador también deben tener contratado un seguro de responsabilidad civil con el que poder responder ante posibles accidentes. Así, en el supuesto de que las hélices o el motor de esta nave sufrieran un fallo y ésta acabara precipitándose sobre la carrocería de algún coche estacionado, las ventanas de alguna casa o, en el peor de las hipótesis, sobre un vecino, los propietarios del «dron» tendrían un mecanismo legal con el que responder ante tales hechos.

Por el momento, muchos de los que se han acercado al barrio de Russafa para comprobar el estado de las luces han optado por mirar al cielo en busca del «dron» con el que la empresa De Cagna es capaz de observar las Fallas desde el cielo de la ciudad.

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