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Huevería en Patraix

Los huevos más buscados de la capital

Los clientes hacen cola cada día para adquirir los huevos de 200.000 gallinas de una granja de Sinarcas

María Espinosa, ayer tras el mostrador de su huevería en la avenida Gaspar Aguilar. jaume verdú

Hace diez años, María Espinosa se puso, por primera vez, detrás del mostrador de la huevería Salón, en la avenida Gaspar Aguilar. Hoy es como una más de la familia para los cientos de vecinos, de Patraix y de otros barrios de la ciudad, que pasan de forma regular por la tienda para llevarse su habitual docena de huevos frescos.

«Nos traen los huevos que las gallinas ponen el día anterior en la granja que mi marido y sus hermanos tienen en Sinarcas». De allí, donde se cuidan unas 200.000 gallinas, llegan ejemplares de todo tipo. «Tenemos el huevo de pollita, el primero que ponen las gallinas y por eso es el más pequeño, luego ya los clasificamos por tallas, como la ropa. Están los huevos S, los M, los L, que son los normales, y los XL, es decir, los gordos. Cuando la gallina es joven estos huevos salen con dos yemas». Además, los hay camperos y ecológicos, puestos por las aves que reciben unas atenciones especiales, «como si fueran los cerdos del jamón de pata negra», sonríe María.

«La calidad se nota mucho. Yo compro huevos de pollita, porque son más pequeños y no se desparraman», explica una de las primeras clientas de la jornada. Braulio, en cambio, los prefiere XL. «Esté donde esté, cojo el coche y vengo a por ellos; no exagero».

Mención aparte merecen los martes, el día de la oferta de la semana. «De normal están a 1,39 euros la docena y ese día los dejo a 1,20 euros. Cada martes llego a vender 800 docenas de huevos». De hecho, la cola a la puerta de la huevería ese día es de tales dimensiones que «hay quien ya ha hecho amistad», apunta María mientras coloca seis huevos blancos de gallina blanca en un cartón.

Pero no basta con el ambiente familiar. «Tienes que tener el mismo precio y más calidad que los supermercados, porque la gente prefiere comprarlo todo a la vez», reconoce. Sobre las percepciones negativas del huevo, María sale en su defensa. «Se dicen muchas mentiras. Tomar un huevo al día es bueno, yo me como dos».

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