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El mercado del Cabanyal no puede esperar más

Hoy he salido a pasear por mi barrio, el Cabanyal. Es un espacio encantador en el cual he nacido y trabajo, pero ya no resido. Tomé el camino fácil y deserté de mis orígenes. Esta decisión me pesa como una losa pero espero volver algún día. Al adentrarme en sus entrañas me doy cuenta de que todo el parecido a ese barrio maravilloso de mi niñez es pura coincidencia. La degradación produce una tristeza que los vecinos soportan de forma estoica, aunque por otra parte se sienten privilegiados por vivir al lado del mar con una construcción de belleza singular y estructurado de forma reticular, características que permiten una ventilación perfecta. Al analizar estas circunstancias comprendes por que el mercado al cual represento vive una situación otrora impensable.

El mercado del Cabanyal, símbolo de nuestro barrio, envidia de todos los comerciantes del sector y máximo exponente de profesionalidad en el ramo de la distribución, observa con incredulidad cómo la indefinición de las distintas administraciones enrocadas en posturas diferentes, la guerra fratricida entre vecinos y el abandono de viviendas junto al cierre de comercios y todo ello aderezado con la crisis actual, producen un cóctel que nos obliga a emprender medidas de inversión muy superiores a otros mercados para no perder cuota. Parking, servicios a domicilio gratuitos, cheques regalo, campaña de cruceros, publicidad en radio, EMT y patrocinios con infinidad de asociaciones, Fallas y Semana Santa, a la vez que participamos directamente con Units Pel Cabanyal.

Este esfuerzo económico solo logra frenar la caída de las ventas a niveles de supervivencia.

Si partimos de la base que gobierno de la nación ha retirado el recurso de inconstitucionalidad de la ley de la Generalitat Valenciana que amparaba el Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) del Cabanyal y la Generalitat ha retirado la propia ley, ¿cuál es el motivo por el todavía no se ha adaptado el plan para cumplir la Orden del Ministerio de Cultura?

Valencia cuenta con un barrio marinero maravilloso, considerado por algunos urbanistas como el segundo casco histórico de la ciudad. El lugar donde hemos nacido, vivimos o trabajamos se encuentra en un estado que no nos merecemos, por lo cual les ruego humildemente a los responsables de esta situación, que aparquen diferencias, potencien afinidades y bajen al ruedo a dialogar con vecinos y asociaciones. Es el tiempo de estadistas de alto nivel.

Espero que esta carta os llegue al corazón y que aliviéis la pena de este pueblo que ve como su barrio se desangra día a día. Devolvednos el orgullo de pertenecía, Valencia se lo merece.

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