Las chimeneas industriales gozan de una protección genérica en la ley de patrimonio que ha hecho posible mantener algunas de estas estilizadas construcciones de ladrillo rojo como la chimenea helicoidal de la calle peatonal Octavio Vicent Escultor o las que se conservan en el paseo de la Alameda, que destacan por la decoración de su corona.

La vicepresidenta y experta en chimeneas industriales „catalogó 400 para su tesis doctoral„ Gracia López, destaca que se han perdido muchas chimeneas y las que se conservan suelen estar descontextualizadas. En 2006, pese a estar protegidas por ley, se derribó una chimenea en la calle Asturias. También se derribó otra para construir una gasolinera en la avenida Baleares. Junto al centro de salud de Serrería también se derribaron unas chimeneas de una antigua fábrica de agua oxigenada. En la citada avenida se conservó la chimenea de una serrería de la que esta vía tomo su nombre.

En la avenida del Puerto hay algunas de estas construcciones. Una de ellas está ubicada a la altura del número 189, junto a un supermercado, y formaba parte de la Aceitera Casanova. Enfrente, existe otra de estas construcciones, perteneciente a la antigua aceitera Vidal.

Las chimeneas empezaron a construirse en el siglo XIX como sistema de evacuación de humos ante las quejas de los vecinos por los malos olores y gases que generaban las industrias. El aumento de la altura de la chimenea favorecía además el tiro de la misma y por tanto beneficiaba la combustión, reduciendo la cantidad de combustible necesario para generar vapor.

La Asociación de Patrimonio Industrial (Apiva) quiere incluir las chimeneas en sus rutas divulgativas. La asociación también quiere poner el foco sobre los molinos de la huerta de Campanar y sobre la arquitectura industrial de la Albufera.