Unos 300 padres, alumnos y docentes del Colegio de Educación Infantil y Primaria (CEIP) López Rosat de Valencia se concentraron ayer a las puertas de esta escuela pública del barrio de Tres Forques para solicitar la retirada de las placas de fibrocemento con amianto del techo del gimnasio y de una zona de sombra del patio.

El Consejo Escolar del centro viene solicitando desde hace una década a la Conselleria de Educación el desmontaje de esta uralita deteriorada después de más de 40 años de uso. Ante la falta de respuesta del departamento de la consellera Mª José Català, la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (Ampa) del López Rosat ha iniciado una campaña de recogida de firmas en colaboración con la Asociación de Vecinos de Patraix, barrio colindante al colegio y de donde procede gran parte de su alumnado.

El Ampa sostiene en un comunicado que «está comprobado que el amianto tiene alta peligrosidad cancerígena. De hecho, hoy por hoy, es un material prohibido». Pero, además, añade la nota el envejecimiento de la techumbre del colegio «hace aumentar progresivamente los riesgos, pues está rota, agrietada y muy estropeadas».

Los padres añaden que hay «varias ramas de árboles del patio en peligro de caer sobre la techumbre de amianto. De hecho el miércoles cayó una rama en el patio debido a las ráfagas de viento». El colegio realizó en noviembre una solicitud de poda de los árboles al Ayuntamiento de Valencia, responsable del mantenimiento de las instalaciones, que todavía no ha sido atendida.

Desde la comisión del Ampa que coordina la movilización se advierte que este no es un problema que afecta sólo al colegio, pues «las peligrosas fibras de amianto que se desprenden de las placas rotas pueden ser inhaladas por cualquier persona en un radio de varios kilómetros».

Por otro lado, la Federació d'Ensenyament de CC OO, exigió ayer a la conselleria que haga «un inventario de los centros educativos que contienen amianto, con el fin valorar el estado de conservación del mismo y proceder a su retirada progresivamente en función de su peligrosidad». «La liberación de estas fibras es un peligro para la salud del personal, del alumnado, de la vecindad y también para el medioambiente puesto que es un residuo sumamente contaminante», destaca el sindicato. «Son de sobra conocidos y científicamente irrefutables los daños a la salud que se derivan de una exposición no controlada a fibras de amianto, por lo que consideramos que hay que sustituir las placas peligrosas inmediatamente», concluye.