La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, no quiso dar ayer nuevas pistas de por dónde va la negociación con el Ministerio de Cultura para desbloquear la situación del Cabanyal, un barrio protegido donde la degradación urbanística y social avanza tras años de conflicto por la prolongación de Blasco Ibáñez. La alcaldesa aseguró, al término de la presentación de una tarjeta solidaria, que sigue «trabajando en la defensa» del Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) del Cabanyal «para hacerlo lo antes posible». Barberá no quiso adelantar nada al respecto para no crear «falsas expectativas» en ninguna de las partes afectadas.
Tal como ha publicado este diario, la alcaldesa estaría negociando el desbloqueo de al menos una parte del plan especial, la que afecta al bulevar San Pedro, donde el ayuntamiento ha adquirido y derribado el 84% de las viviendas afectadas. La alcaldesa se resiste a adaptar el plan urbanístico de la prolongación a al orden ministerial de 2009 que lo declaraba expolio y mantiene su empeño de desarrollar el controvertido plan.
Para Salvem el Cabanyal, la plataforma contraria a la prolongación de Blasco Ibáñez que parte en dos el Bien de Interés Cultural del Cabanyal, la solución para el bulevar San Pedro no incluiría en ningún caso nuevos derribos. Dentro de la estrategia «Prolongar el Cabanyal», coordinada por el arquitecto y profesor de Proyectos Urbanos de la Universidad Politécnica de Valencia Tato Herrero, se incluye la búsqueda de alternativas sin demoliciones para la calle San Pedro.
Herrero, miembro de Salvem el Cabanyal, explica que la trama en retícula característica del Cabanyal se extiende a un lado y a otro de la calle San Pedro, pero las travesías que deberían llegar desde la playa hasta Serrería, límite de la estructura urbana del Cabanyal, han estado interrumpidas por el caserío que se asentaba en sus números impares y que tras los derribos efectuados por el ayuntamiento ha desaparecido, dando lugar a «vacíos desoladores».
La idea sería reconstruir esta calle, que quedaría como el límite fundacional del barrio, y alojar en los solares más grandes equipamientos asistenciales y socioculturales. Herrero critica la propuesta de la Sociedad Plan del Cabanyal de «hacer más grande el vacío que seguirá siendo desolador, se llame bulevar decimonónico o plaza alargada».
«La reconstrucción de la calle San Pedro es posible; solo falta la decisión política para, una vez derogado el plan urbanístico, iniciar el proceso de participación ciudadana».
