Pero no sólo de arroz vive el hombre. Así que el recorrido hace un alto a las puertas de Valencia, en la pobla de les fembres pecadrius, la «putería pública» más grande de España que sedujo a viajeros de toda Europa, célebre durante siglos y puesta en marcha (y regulada, a diferencia de hoy) en 1325 por el consell municipal. Llegó a albergar a 200 prostitutas a finales del XV, y los historiadores detallan curiosidades como el origen de las «fembres» (la mayoría, por cierto, eran castellanas); el papel de las «alcavotes» para favorecer encuentros adúlteros, o la puesta en marcha de una especie de hogar de reeducación, la «Casa de les Repenedides», para devolver a las mujeres a la sociedad mediante penitencia (un año de encierro) y el matrimonio.

Placer e higiene. Porque hablando de mitos, la obra también matiza alguno para el gran público, como el poco aprecio por el agua de los cristianos frente a un musulmán más limpio. «De hecho, los cristianos también tenían baños públicos, y no solo en ciudades andalusíes conquistadas como Valencia». Se calcula entre 20 y 25 su número antes de la conquista. Su declive, ya en la edad moderna, estaría más vinculado a la Contrarreforma, que condenaba la desnudez, que a la falta de higiene.