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Urbanismo

La Cámara rectifica y ya no rechaza que se proteja su sede de la calle Poeta Querol

El ayuntamiento considera elementos impropios las viviendas del altillo y la institución alega que hace años que no se usan

La Cámara rectifica y ya no rechaza que se proteja su sede de la calle Poeta Querol

La Cámara de Comercio no ve con malos ojos que se proteja su sede, un edificio representativo de la arquitectura del vidrio y el acero ubicado en el número 15 de la calle Poeta Querol, a pocos metros del histórico palacio del Marqués de Dos Aguas. Fuentes de la Cámara de Comercio matizaron ayer las contundentes alegaciones que la institución presentó el pasado mes de mayo al hilo de la tramitación del plan especial de protección (PEP) de monumentos de la zona centro que tramita el Ayuntamiento de Valencia y en las que solicitaba que se excluyese su sede del catálogo de edificios protegidos.

En el informe de alegaciones que consta en el ayuntamiento, la Cámara pone en tela de juicio los criterios que han llevado a los redactores del PEP a incluir su sede en el catálogo y aluden a la «falta de rigor» y la «subjetividad» que, a su juicio, han primado.

Sin embargo, la Cámara quitó ayer hierro a estas afirmaciones y aseguró que «no existe conflicto» con el ayuntamiento por la protección del edificio.

Las alegaciones, apuntaron, han sido «un trámite» porque la sede de la cámara es uno de los edificios afectados por el plan de protección de monumentos. El principal reparo que ha puesto la Cámara al plan de protección es que se contemple el uso como vivienda del altillo, que en el plan se cataloga como elemento impropio. Según las fuentes de la Cámara consultadas, el uso como vivienda de las plantas superiores del inmueble, proyectado en 1966 por el arquitecto Luis Albert, ya no existe.

El concejal de Urbanismo, Alfonso Novo, explicó esta semana que el edificio de la Cámara se había protegido porque de lo contrario hubiese quedado fuera de ordenación por exceso de alturas. La protección ambiental o parcial de la sede de la Cámara obliga a mantener fachadas y cubiertas, si bien la Cámara de Comercio no tiene previsto acometer obras en el edificio ni tampoco venderlo. De hecho se ha llevado a cabo una profunda reforma en el inmueble para reorganizar servicios y estructuras. Tras la supresión de las cuotas camerales principal fuente de ingresos de estas organizaciones, la entidad ha tenido que llevar a cabo un profundo reajuste en sus cuentas.

Por otro lado, el arquitecto Alberto Peñín, autor del un libro sobre la obra de Luis Albert en el que se han basado los redactores del plan de protección para la catalogación de la sede de la Cámara, aseguró ayer que ve «bien» la inclusión del inmueble en el catálogo de edificios protegidos. «Tiene símbolos de modernidad, por ubicación no hay afección patrimonial y a su alrededor solo hay edificios modernos, además, no hace efecto cortina». Para Peñín este edificio no es comparable por ubicación con el edificio de cristal sito en la esquina de la plaza del Ayuntamiento con Barcas.

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