La palmera que se desplomó el martes sobre un vehículo en el barrio Cabanyal de Valencia sufría una anomalía morfológica difícil de detectar, que hacía que las raíces crecieran hacia dentro, lo que debilitó su situación y provocó la caída, explicaron fuentes del Ayuntamiento.

Ese problema «no se detecta» desde fuera, según las mismas fuentes, porque la palmera no muestra ni una inclinación mayor ni un estrechamiento más pronunciado de su tronco. Se trata de la tercera palmera que se desploma en cinco días en Valencia y que provocó heridas leves a una mujer y destrozos en un vehículo.

Según explicaron las mismas fuentes, la situación de las palmeras se ha agravado este año por las malas condiciones del suelo y climatológicas. «La palmera sufre por escasez de lluvia y un sistema freático bajo, lo que unido a las altas temperaturas que, por el poniente, son secas, son factores externos que les perjudican, les provocan golpes de calor y rigidez, por lo que se fracturan con más facilidad», indicaron.

Una flota de inspectores recorre las calles de Valencia con un inventario de todas las palmeras y planos con zonas preferentes para actuar especialmente las grandes alineaciones para detallar las que se encuentran en buen estado, las que necesitan que se aligere su peso o tiene hojas secas o «cualquier anomalía que requiera actuar».

«Hacemos todo lo posible»

Las mismas fuentes señalaron que el ayuntamiento está haciendo «todo lo posible» para su mantenimiento como quitar el peso de dátiles e intensificar el riego con cuba, que se ha duplicado, aunque han resaltado que han factores «que se escapan» a su control como la escasez de lluvia, las altas temperaturas y el poniente.