El Consorcio Valencia 2007 quiere potenciar el compontente cultural del «Veles e Vents», el infrautilizado icono arquitectónico de la Marina Real Juan Carlos I. Este moderno edificio de acero blanco, cristal y grandes voladizos, inaugurado en 2006, lleva la firma del prestigioso arquitecto David Chipperfield y costó 35 millones de euros, incluyendo el aparcamiento y el parque anexo. Aunque todas las semanas hay eventos o presentaciones en el Veles e Vents se puede alquilar entero por 10.500 euros al día o por plantas al edificio le falta vida, sobre todo después del cierre hace año y medio del restaurante que había en la planta baja.

La alcaldesa, Rita Barberá, que ayer recogió en el puerto la «Q» de calidad para la marina real informó de que a final de año se licitarán los pliegos de condiciones para explotar el Veles e Vents. La idea, a falta de mayor concreción, es potenciar el componente cultural con exposiciones de arte y conciertos, combinándolo con el uso gastronómico y formativo. El IVAM sería una de las líneas a seguir.

El autor del plan especial de la marina, el arquitecto José María Lozano, propuso en su dia crear una especie sucursal del IVAM en la marina. La dársena se dotaria así con un espacio cultural del que en la actualidad carece. Hay que recordar que el planeamiento de la dársena prima los usos terciarios (hoteles, tiendas y resturantes) y una de las principales críticas que se le han hecho es la falta de espacios culturales.

El Veles e Vents se diseñó como edificio para los invitados VIP de la Copa del América, aunque se reservó la primera planta para uso público. A parte de los usos esporádicos para eventos y congresos, la única actividad con continuidad ha sido la del restarante Mar de Bamboo, del grupo El Alto, cuya concesión se acabó hace un año y medio.

Empresas de ambito local, nacional e internacional se han interesado por el edificio, según informaron fuentes del Consorcio.

En lo que va de año y dentro del plan de reactivación de la marina real se han licitado una veintena de espacios, la mayoría restaurantes y locales de ocio, como el club de playa, cuyo inicio de obras se ha aplazado hasta octubre para no molestar al turismo y a los usuarios de las playas. También han empezado las obras del centro de innovación y formación de emprendedores impulsado por el empreario y dueño de Mercadona Juan Roig en la marina, del que se espera sea el revulsivo definitivo. Este espacio, en el que Roig invertirá 20 millones de uros, supondrá el flujo diario de mil personas por la marina. En los próximos meses se sacará a licitación la rehabilitación del Tinglado 2, un edificio modernista protegido, que se destinará a mercado gourmet. El Consorcio ha renovado la oferta de restauración de la marina para atraer al turismo gastronómico.

Dentro del plan especial de la marina real se contempla la eliminación de las bases deportivas de la zona sur y de otras arquitecturas efímeras de la Copa del América para dar paso a 12.000 metros cuadrados de zonas verdes, una de las principales carencias de la marina, un espacio de un millón de metros cuadrados, donde predomina el gris del asfalto. La mejora de la señalización y de la conexión con la ciudad mediante el transporte público serán otros de los proyectos a poner en marcha antes de acabar el año. Se trata de «hacer cada vez más estrecha la unión de la marina con la playa de la ciudad, para que esté también cada vez más cercana a los ciudadanos, y creo que los trabajos están yendo a buen ritmo», afirmó ayer la alcaldesa.

Rita Barberá asistió ayer al inicio de los trabajos de demolición del edificio de telecomunicaciones de la Copa del América, con una superficie de 1.399 metros cuadrados y ubicado junto a la base del China Team. Este es uno de los edificios efímeros de la Copa del América que impide la visión de los edificios modernistas de los tinglados 4 y 5. La previsión a medio plazo es que todas las bases ubicadas delante de estos almacenes portuarios se trasladen a la marina sur, a la zona del nuevo varadero industrial.

Tras el inicio de la demolicion del edificio de telecomunicaciones, Rita Barberá, recibió de manos del presidente de la Cámara de Comercio, José Vicente Morata, en el Veles e Vents la «Q» de calidad para la Marina Real Juan Carlos I, el primer recinto de sus características que lo recibe en la provincia de Valencia.