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Vendedores ambulantes

La presión policial echa a los "lateros"

La Malvarrosa se queda sin vendedores ambulantes por el temor a las multas - En la Patacona se mantiene el negocio debido a que hay menos chiringuitos y agentes de seguridad

La presión policial echa a los "lateros"

Es una de las imágenes más típicas del verano, sin embargo, ha desaparecido de la playa de la Malvarrosa, en Valencia. Vendedores cargados con mochilas, bolsas y neveras transportables ofreciendo refrescos y bebidas a precio de ganga, frutas tropicales o pulseras, collares y pareos coloridos. Como si fuera un mercado, con gritos, rimas e ingenio, estos vendedores ambulantes ofrecían cada verano algunos elementos de gran utilidad en un día de playa.

La escena no se ha repetido este año en Valencia debido al elevado número de agentes de la policía que vigilan la costa montados en sus quads. Así, los conocidos como «lateros» han tenido que elegir otras playas con menos control y seguridad para poder ganarse la vida. Venden la cerveza y los refrescos a un euro, y los paquetes de papas y otros picoteos a 1,50.

Los gerentes de los chiringuitos alaban las medidas de seguridad y agradecen la desaparición de esta práctica que les quitaba clientela por vender los mismos productos a mitad de precio de la Malvarrosa. Fuentes de la Policía Local aseguran que es más fácil encontrarlos durante el mes de junio e incluso al final de la primavera, cuando las campañas policiales de verano todavía no han empezado. Van muy cargados y les resulta complicado pasar desapercibidos, así que eligen zonas con menos vigilancia, asegura la Policía. La opinión entre los bañistas es dispar. Algunos lamentan no poder comprar tan barato y otros lo consideran competencia desleal, aunque la mayoría viene preparada de casa.

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