Más de 400 kilómetros de largo, a través de cinco provincias y unos 60 pueblos. Ese será el nuevo Camino de San Vicente Mártir, que irá desde Huesca a Valencia y que empezará a ser señalizado y oficializado el próximo mes de octubre con la doble finalidad de fomentar la devoción por el patrón de Valencia y al mismo tiempo revitalizar turísticamente el trayecto, algo similar, aunque aún lejano, a lo que representa el Camino de Santiago.
Al frente de esta iniciativa está la Asociación Valencia Cultural-Vía Augusta y Camino de San Vicente Mártir, que nació en el año 2005 con este propósito pero que hasta ahora no ha podido definir, con ayuda de profesionales, un trazado históricamente coherente y emblemático.
Aunque el diácono San Vicente y el obispo Valero fueron apresados en Zaragoza y conducidos a Valencia para ser juzgados y ejecutados, el camino comenzará, según explicó Francisca Llosa, presidenta de la asociación, en la ciudad de Huesca, pues fue allí donde nació San Vicente (último tercio del siglo III después de Cristo) y donde los historiadores tienen localizada la casa de su madre y de su abuela. A partir de ahí se dirigirá a Valencia recorriendo las provincia de Zaragoza, Teruel, Castelló y Valencia, donde fue martirizado hasta su muerte y enterramiento. En total, alrededor de sesenta poblaciones.
El trazado discurrirá por donde se desplazó el diácono junto con el obispo Valero y el pelotón de romanos que los custodiaban, es decir, por las carreteras romanas de la zona. En principio se pensó que podrían haber seguido la Vía Augusta, pero se trata de un camino zigzagueante, de 700 kilómetros de largo, que seguramente no cogió la comitiva teniendo en cuenta que era pleno invierno, explicó Llosa.
Una vez identificado el recorrido con ayuda de historiadores, la tradición popular y los planos del Ejército, lo primero que se ha hecho ha sido crear un logo que ya se ha remitido al Registro de Marcas y Patentes. La primera idea, según Francisca Llosa, fue poner las aspas de la cruz y la roca, pero «daba la sensación de que era una señal de prohibición» y finalmente «se ha puesto la silueta del santo con las aspas detrás».
Al inicio del camino, en Huesca, se dará la credencial del peregrino, que se irá sellando al final de cada etapa y que será oficializada al final del trayecto, en la parroquia sepulcral de San Vicente Mártir, en el complejo de San Vicente de la Roqueta.
Para que no haya problemas en el seguimiento del trayecto, la Asociación Valencia Cultural-Vía Augusta y Camino de San Vicente Mártir tiene previsto señalizar todo el recorrido con carteles que identifiquen los lugares y marquen la dirección que deben seguir los peregrinos, un trabajo del que se encargarán voluntarios de la asociación a lo largo del próximo mes de octubre.
Éste es precisamente uno de los problemas al que se enfrenta la entidad, pues «aunque los voluntarios no cobran nada, habrá que pagar la gasolina, la manutención y el alojamiento», lo que conllevará un gasto aproximado de 18.000 euros. En este sentido, Francisca Llosa hizo un llamamiento para que algún «mecenas» o los devotos del mártir o personas interesadas en este proyecto echen una mano.
El otro problema es el estado del monasterio de San Vicente de la Roqueta, lugar donde debería terminar el camino y que en estos momentos está en ruinas. Aunque la previsión es sellar las credenciales en la iglesia contigua, ahora parroquia de Cristo Rey, se baraja la posibilidad de hacer ese cierre final en la catedral.
Lo ideal, en cualquier caso, sería, según Llosa, que se rehabilitara la Roqueta y se convirtiera en un centro vicentino con biblioteca y recepción de peregrinos. La posibilidad de instalar allí la biblioteca central no es la más descabellada, asegura, pero no cree que haya espacio para eso.
